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La biblioteca se encontraba tan silenciosa que por un momento creyó que en serio no había nadie ni nada allí, el simple ruido de Ángela pasando de hoja fue lo que la trajo en sí.
Llevaban siete hojas de ensayo escritas a mano y estaba completamente agradecida de casi terminar. Aún seguía sintiéndose culpable de dejar a Emmett trabajando solo pues recordaba como su hermana había hecho equipo con ella debido a que estaba bastante avanzada. Quiso enviarle un mensaje para preguntarle si necesitaba su ayuda o tal vez contestar alguna de sus preguntas o indirectas que tiraba durante el almuerzo pero se encontró reprendiendose a ella misma internamente ante la idea. Sacudió su cabeza para escribir un punto final y sonreír.
Se notaba como al comienzo su caligrafía era perfecta pero conforme al número de hojas la calidad bajaba, notando que mano de había cansado de escribir tanto. Movió la misma prestando atención a sus dedos, notando como el del medio tenía un pequeño cayo, lo llevó a su boca mordiendolo suavemente.
-¿Estás saliendo con Cullen? - había preguntado ansiosa su compañera-.
-¿Quién te dijo eso? - cuestionó con una sonrisa, intentado no ser descortés-.
-¡Oh por dios! ¡Es cierto! - había prácticamente gritado causando que la bibliotecaria las reprendiera-.
-No, jesús, no - negó moviendo sus manos- Sólo éramos compañeros - había pensado la última palabra incluso cuando la pronunció sintió un agrio sabor en su boca-.
-¿Entonces está soltero? - sabía que ante mano que quería preguntar eso desde el primer momento en el cual pisó el colegio-.
-¿No estás saliendo con Erick? - levantó su ceja-.
-No es para mí - rió- Jessica quería saber - levantó sus hombros-.
-Y la mitad de la población femenina - añadió riendo amargamente-.
-Es apuesto - comentó-.
-Es mucho más que eso - sonrió honestamente- Fue un placer trabajar contigo, Ángela - habló mientras juntaba los materiales- Puedes decirle a Jess que no estoy saliendo con Cullen y que está totalmente libre, suerte con Erick - sonrió para luego despedirse con la mano mientras la pelinegra le respondía un suave "adiós" -.
Sintió un revoltijo en su estómago, se sentía sumamente molesta del saber que estaba en la mira de Jéssica. Emmett no le gustaba porque era apuesto, le gustaba porque era gentil, atento, caballero, amable y gracioso. Le gustaba su risa y sus distintos tipos de sonrisas, le gustaba su forma de vestir y caminar, le gustaba su pelo y su voz, su caligrafía y como la desafiaba constantemente, no podía tolerar de ninguna manera que Jessica Stanley estuviese coqueteando con Emmett porque ella no le llegaba a los talones.
De forma automática se reprendió por pensar mal de ella, no podía agarrar el mal hábito de pensar mal de la gente porque luego hablaría mal de ella y eso no era para nada gentil. No notó como el cobrizo caminaba junto a ella hasta que rió, captando la atención completa de ella.
