I'm your biggest fan 2 (Don't Lie) [Markson]

SE ACABÓ EL TIEMPO

Mark inhaló profundamente, arrastrando el olor de Jackson a sus pulmones. Tenía razón, pensó. Podría tomar seriamente una ducha. Cepillarse los dientes tampoco le dolería. Por alguna razón, la idea lo hizo sonreír. Le gustaba que tuviera defectos. Mal aliento. Olor corporal. Era la única parte de Jackson que le pertenecía solo a él. Sus fans conocían su rostro y el sonido de su voz, pero no podían olerlo a través de Twitter. Entonces, ¿por qué no podía relajarse y disfrutarlo? Él lo llamó su novio, pero todavía se sentía todo muy nuevo.

Fue un sentimiento complicado cuando lo besó. Una extraña combinación de deseo y anticipación, mezclada con un tinte de pánico y una abundante dosis de incredulidad. Todavía no se sentía real. ¿Cuántas veces había sucumbido a lo largo de los años a este sueño? Solía acostarse en su habitación durante horas y horas, mirando sus viejas fotos de Jackson, imaginando cómo se sentirían esos labios perfectos contra los suyos. Ahora sabía la respuesta: Calor de nivel volcánico mezclado con cubos helados de miedo.

Se dio la vuelta y se dirigió hacia su mochila.
-Ve a darte una ducha- dijo sobre su hombro. -Necesito escribir un poco más- Tomó su diario y lo abrió.
La puerta del baño se cerró con un click, y el alivio lo inundó ante el sonido. Mark frunció el ceño mientras escribía:

¿Por qué besar a Jackson me da ansiedad? ¿Qué está mal conmigo?

Desde su primera noche juntos, de
vuelta a casa en su antigua habitación, él y Jackson habían participado en este mismo baile a fuego lento. Unos pasos hacia adelante, unos pasos atrás, besos tentadores que parecían durar horas...  Manos errantes, amenazando con deslizarse debajo de las capas de su ropa. Pero Mark siempre lo detenía antes de que la ola pudiera alcanzarlo. Se tambaleaba al borde, cada vez más, pero no podía reunir el valor para lanzarse a lo desconocido.

Se movió para garabatear algo más, pero la punta de su lápiz se rompió contra la página. Sin embargo, sabía lo que iba a escribir. Dio la vuelta al lápiz y trazó la forma de la palabra con el borrador. Cuatro letras: SEXO

Era demasiado pronto. Él y Jackson solo habían estado juntos por unas pocas semanas. En su última relación, con Jinyoung, nunca pasó nada, ni siquiera después de tres años completos de citas. Tres largos años, marcados por el constante embaucamiento de Jinyoung. Mark no quería pensar en Jinyoung, pero no pudo evitarlo. Solían discutir sobre este tema todo el tiempo. No entendía su vacilación. Ambos afirmaron que se amaban.
Una cosa fue cuando se reunieron por primera vez, en el segundo año de la escuela secundaria, pero cuando se fue a la universidad, su paciencia se había agotado. Honestamente, toda la actitud de Jinyoung siempre había sido un desvío masivo. Como si de alguna manera tuviera derecho al sexo, simplemente porque habían estado saliendo desde siempre. Mark sabía que eso era un montón de basura. Pero no era la verdadera razón por la que se había retenido con Jinyoung o con Jackson. Tenía todo que ver con el miedo. Siempre había tenido esas dudas que no podía silenciar, repitiendo como un golpe de tambor dentro de su cabeza. Preocupaciones irracionales. Pensamientos distorsionados. Las semillas de un trastorno de ansiedad en su cerebro, incluso antes de que desarrollara agorafobia.

Mark recordaba a su madre hablando de lo malo y asqueroso que era el sexo entre hombres mientras miraban un programa de televisión, mucho antes de enterarse que su propio hijo era homosexual. Decía que era antinatural algo como eso. Y cuando por fin pudo hablar sobre su sexualidad, ella simplemente fingió aceptarlo, pero él sabía lo que pasaba realmente por su cabeza.

Mark cerró su diario de pensamientos con un chasquido. Suficiente autoterapia para un día. Su madre era puro veneno en lo que respecta a la salud mental.
Si solo una cosa positiva vino de la decisión de huir con Jackson, fue el hecho de que finalmente había salido de la influencia de su madre. Él podría tomar sus propias decisiones. Necesitaba sacar la voz de su madre de su cabeza.