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CAPÍTULO NUEVE
Retratos
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NARRA EMMA:Observe un poco más la habitación en donde estaba, hasta que la voz de Maya interrumpió mi análisis.
-¿Tienes hambre?. De seguro que tienes hambre- .Dijo la última frase afirmando. Frunció las cejas pensativa.- Igual tienes que alimentarte mejor y de tu cuidado me encargo yo.-Concluyo. Parecía tan...entusiasta. Luego me miró como recordando algo, y fue cuando me percato de que mi ropa fue remplazada por una remera
holgada y un shorts, totalmente desconocidos para mi. Miro interrogante a la chica y ella habló apresurada por mí fulminante mirada.-Ohh, si, eso. La enfermera me pidió ropa más cómoda para hacerte el examen, espero que no te moleste.-Sonrió incomoda para luego continuar- Aunque ahora que esta más fresco podría prestarte algo más abrigado.- Propuso encogiéndose de hombros.
-¿Dónde diablos están mis cosas?- Dije entre dientes- ¿Y quién dijo que me quedaría el suficiente tiempo como para que me "cuides"?- Me cruce de brazos.
-Ahh, tus cosas están aquí- Al parecer mis comentarios bruscos alteraban momentáneamente su estado de ánimo. Vi como se dirigió a una repisa, siempre manteniendo mí distancia con ella, saco de allí mí mochila para alcanzarmela, cautelosa me acerque para arrebatar el objeto de sus manos, ella en auto reflejo encogió la mano. Sonreí un poco por eso, al menos parecía "respetarme'. Y fue al lado del mueble a dónde estaba la máquina, tratando inútilmente de alzarla. Bueno, o está actuando, o no tendría que considerarla una gran futura amenaza.
-Esta bien, déjala ahí- Dije cortando su acción.
-Ohh, bueno- Sonrió amable, gesto que no desciso ante mí mirada seria.
Me senté en la cama y empecé a sacar las cosas de la mochila para revisar de que nada faltara, aún vigilando a Maya de reojo.
-¿Quienes son?-Preguntó de repente señalando la fotografía de mí madre y yo. Aún recuerdo ese día, habíamos encontrado una vieja cámara de fotos instantánea, la felicidad a pesar de todo en esos tiempos se vea claramente en nuestras caras, era mi única foto y la de mí madre luego del fin del mundo.
-Eso no te incumbe- Contesté fría y cortante
-¿Son tú y tu madre?- Dedujo, y mi silencio le contesto- Son tan bonitas, te pareces mucho a ella- Admitió- ¿Dónde está ella?¿En qué lugar viv...?-
-¿¡Podría dejar de hacer preguntas!?- Elevé la voz cortando su curioso interrogatorio.
-Lo siento- Se disculpo apenada y sobresaltada- Solo quería saber más sobre tú y tu familia, así podría contactarlos para que sepan dónde estás- Explico suave.
-En este momento no tengo a nadie que venga a buscarme. De igual manera, me iré rápido, no voy a quedarme, así que no tendrás que preocuparme por averiguarme la vida-
-No puedes irte, aún tienes que recuperarte- Contradijo.
-¿Y quién va a detenerme? ¿Tú?- Cuestione.
-Mira, no puedo obligarte a qué te quedes, pero por lo menos permíteme a qué te ayudé, no puede irte así, necesitas descansar, alimentarte y ver a dónde irás luego- Expreso algo angustiada- Puedo ofrecerte a qué te quedes tan solo unos días aquí, tendrás todo lo que necesitas, y si después quieres irte, no te frenare - Ofreció.
¿Que clase de persona ofrece su casa a un total desconocido? Y más aún, ¿Cómo me daba la garantía de que no me harían daño?. No le contesté, solo seguí asegurándome de que nada faltara para guardar todo y dejar la mochila al lado de la cama. Maya suspiro.
-Puedes bañarte si lo deseas- Comentó- Ven, sígueme- Ordenó para salir del cuarto conmigo siguiéndola. Pasamos un pasillo, para detenernos en la última puerta- Aquí está el baño, encontrarás productos y una toalla dentro, cuando termines llámame- Dijo antes de irse. Se veía algo derrotada y frustrada, pensé haciendo una mueca.
Entre al cuarto y deje la mochila en un mueble y empece a desvestirme, a pasos cortos voy a la ducha y abro el agua caliente, la mezclo un poco con la fría y me meto. El agua cae en mi cabeza, se desliza por mí cuerpo hasta llegar al piso. Uno no tiene el privilegio de bañarse con agua de ducha y a temperatura todos los días. La verdad estoy disfrutando ésto. Al terminar mi baño me seco con una toalla, para vestirme y ponerme el mismo calzado. Voy al frente del espejo, paso la mano por el vidrio empañado, mi cabello castaño claro se ve más oscuro al estar mojado, en mi cara ahora limpia le resaltan mis pecas y mis ojos verdes brillan. Salgo del baño con la toalla en una mano y la mochila en otra.
-¿Maya?- Pregunto mirando a todos lados.
-¡Por aquí!- Seguí su grito hasta entrar a una nueva habitación que al instante reconocí como la cocina- Justo estaba terminando de calentar la comida- Confianza con una sonrisa, que rápido se recompuso.
Mientras ella removía el alimento con una cuchara, yo empece a caminar por el cuarto, pase mi mano por la mesa que estaba hecha de un material que no era madera, el cual se veía muy pesado y resistente. Las paredes vestidas de blanco hacían resaltar los cuadros y muebles que se apoyaban en ella. Algunos de estos últimos tenían partes de sus puertas hechas de vidrio, permitiéndome ver las tazas, vasos y otras cosas que contenía. Mi atención se fijo en una pared la cual solo estaba decorada con cuadros, en su mayoría fotos, en ellas aparecían unos niños, los dos de rulos castaños y pecas, las fotos fueron tomadas en diferentes años. Al parecer el niño era el mayor por unos pocos años. En todas aparecían sonriendo o divirtiéndose, en algunos abrazados, en otras jugando, es lógico que son hermanos y a mi parecer muy unidos, se notaba el vinculo, el cariño y el amor que se tenían, que por un momento envidie no tener a nadie de esa manera, ni hermanos, ni amigos. En otros pocos retratos aparecía una pareja, un hombre alto, flaco, pelado y de piel morocha, y una mujer de pelo castaño oscuro y piel mas clara que la del hombre. La última foto es donde estaban los cuatro, la pareja y los dos niños, en donde aparecía una familia. Se veían tan bien juntos, su unión, tener en quien confiar, en donde te puedes refugiar, siempre están para ti cuando lo necesitas. Yo solo la tengo a mi madre, o la tenia, solo la tuve a ella, pero...ahora estoy sola.
-Emma- Me había quedado tan concentrada en ese pensamiento que cuando Maya me habla me sobresalte. Me voltee para ver que ella ahora estaba al lado de la mesa , en la cual se encontraba un plato humeante, un tenedor y un vaso. No sabia que me había quedado tanto tiempo pensando. Camine a la silla que ella me ofreció para sentarme. Ví el plato que tenia en frente con desconfianza, ya volvía a tener mí expresión sería.-Puedes empezar a comer- Dijo Maya al verme tan quieta- No tiene nada malo, Emma- Dijo en modo de replica. Yo la mire con una ceja alzada, no quería ser descortés, pero esa comida bien podría tener droga o algo y yo no enterarme- Mira- Dijo agarrando el tenedor y dando un bocado al plato- Puedes comerlo- Recalcó al tragar.
Mire con desconfianza el plato pero aún así comí la primera porción, no podía negarlo, está delicioso, tanto que devore el plato por completo. Maya me vio con una sonrisa de satisfacción.
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Mí Misión-Cameron Boyce- (Completa)
Fantasy"Todos tenemos un propósito en este mundo de infinitas posibilidades". Emma Stanford. Si no conoces su historia, dirás que solo es una simple chica.Pero, quizás, para desgracia de ella no lo es,el curso de su vida ya fue profetizado por la "loca"...