"Todos tenemos un propósito en este mundo de infinitas posibilidades".
Emma Stanford. Si no conoces su historia, dirás que solo es una simple chica.Pero, quizás, para desgracia de ella no lo es,el curso de su vida ya fue profetizado por la "loca"...
Me hacia mí típica cola de caballo baja, me molestaba llevar el pelo suelto, por lo que la mayoría de las veces lo tengo atado. Aun en piyama camino hacia el baño. Tengo un sueño que no se imaginan, anoche no dormí bien gracias a los "hermosos" sueños. Iba tan distraída, que me lleve algo por delante.
Justo ante de caer, unas manos en mí cintura me sostienen. Elevo mí vista encontrándome con unos ojos cafés, los cuales ya conocía bien. Me suelto rápido. Había sido la típica escena "romántica" digna de una película. Lastima esto no lo es, y lo único que me causo fue pena y vergüenza.
-Lo siento, Boyce. No vi por donde iba- Me disculpe queriendo volver a mi camino.
-Tranquila, no fue nada- Dice él. Me escanea, se queda unos segundos así, y me percato que esta mirando mi piyama- Linda ropa- Dijo en tono sincero, pero eso no impide que me incomode. Se que debo verme graciosa con una ramera y short de Minnie Mouse. Sin embargo su mirada no es burlona.
-¿Algún problema con eso?- Digo a la defensa.
-No creo que sea malo. Lo que si lo es, es lo que oculta esas bellas piernas- Una sonrisa traviesa adorna su rostro. Y aquí vamos de nuevo con los halagos, suele hacerlo de vez en cuando, pero yo lo tomo como un método para molestarme, porque eso consigue.
-Muy gracioso- Le recrimino y sigo mi camino.
-Es un don- Es lo único que alcanzo a escuchar de su parte.
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Estábamos sentados viendo una serie en la televisión de la sala. Es una que a ambos nos gusta, por lo que vemos juntos. Se trata de misterio y asesinatos, en resumen es de criminalistas. Compartimos uno que otro comentario. Estos son unos de los únicos momentos que compartimos juntos, y uno de los pocos en que lo soportaba.
-¿Emma?- Dice de repente.
-¿Mmm?- Le hago saber que lo escucho.
-¿Cuándo es tu cumpleaños?- Lo mire. Ahora que lo pienso no me había fijado mucho en ello. Maya es la única que lo sabe. Creo que aunque no haya pasado exactamente un año desde mi último cumpleaños, podría decirse que es en la fecha de siempre, ¿No?.
-El ocho de junio, ¿Por qué?- Le resto importancia. Se gira hacia mi en segundos.
-¿El ocho de junio? ¿Osea mañana?- Pregunto sorprendido. Me lo pensé, tal vez se me había pasado por alto. Asentí sin darle mucho crédito al tema- ¿Porque no lo dijiste antes? Ahora tendremos menos tiempo para organizar los preparativos- Es como si su mente en este momento maquinára a mil por hora.
