Mí Misión-Cameron Boyce- (Completa)

Capítulo 34

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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

Sucesos raros

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   Llegaron luego de una hora. Bajaron del auto y observaron a su al rededor. Habían dejado atrás la carretera, ni siquiera veían un sendero de tierra bien armado, tampoco alguna estructura. Estaban en el medio de la nada, o mejor dicho en un campo. James los guió un poco entre las platas y se encontraron con un espacio vacío.

-Aquí entrenaremos- Informó, viendo el lugar donde sus padres y, luego, hermano le enseñaron todo lo que sabía.

-Linda, ¿Lo sostienes un momento? - preguntó Bella a Emma. La chica miró al bebé antes de alzarlo, su piel clara resaltaba aun más con su poco cabello negro, sus ojitos marrón claro la miraban con curiosidad, a Emma le pareció saber de quien se trataba, pero no dijo nada de la rara situación en la que estaba.

-¿Quiénes son sus padres?- Pregunto Maya mirándolo también.

-Mí hermano y su esposa- Contesto James con tono indiferente. Maya iba a hacer otra pregunta pero la mirada el chico la calló. Se veía que no quería que se metieran en esos temas.

   Bella camino al centro del valle y de su pantalón saco un "palo", lo elevó en el aire y empezó a moverlo mientras pronunciaba unas palabras que nadie entendió. De su varita salió rayos que rodearon todo el lugar-¡Listo! Ahora nadie podrá vernos ni oírnos- Dijo acercándose- Espera- Paró- ¿Ella es ...? - Dudo pasando su mirada de Maya a James con preocupación-

-Si, pero no dirá nada- Corto James.

-¿Donde aprendiste a usar magia? ¿En Hogwarts? - Preguntó Cameron medio de broma, aunque si con mucha curiosidad.

-No, cariño- Rió graciosa la mujer- A mi me admitieron en la de Estados Unidos- Sonrió.

-Bueno, basta de charla- Cortó James- Empecemos con el entrenamiento- Caminó hasta una línea poco visible en la arena del campo.

-Bueno, yo me iré a sentar- Dijo Bella cargando al niño hasta una banca de piedra alejada. Emma y Cameron siguieron al menor.

-No sabemos con exactitud cuanto tiempo de calma tendremos, así que entrenaremos todos los días sin falta, desde las siete de la mañana hasta las doce y desde las tres hasta las seis- Empezó James con los brazos cruzados por la espalda, como si fuera algún capitán del ejércitos dándole órdenes a sus soldados novatos. Y había que admitirlo, el adolescente se veía intimidante con su metro ochenta y cinco y su dura expresión- Darán su mayor potencial, cada día progresaremos y tendrán que hacer lo que yo diga, cuando y como lo diga, ¿Entendido? -

-Señor, si, señor- Dijo Cameron como soldado. James lo miro más serio y Emma le pego un leve codazo.

-Espero no tener problemas contigo, Boyce, sino tendré que implementar los castigos- Dicho esto siguió con el entrenamiento.

-¿Con qué empezaremos?- Preguntó Emma para evitar otra distracción.

-Con lo más sencillo- Se posiciono derecho mirando la arboleda, extendió la mano hacia ella y de esta salio un rayo que dio a un árbol, partiéndolo- Descargas o rayos de energía- Explicó- Supongo que ya los vieron en acción cuando fueron a jugar al quemado con Cruz- Los miró- Según su nivel, puede llegar a lanzarte unos metros, darte una descarga eléctrica o, destruir una piedra del tamaño de una puerta- Se cruzo de brazos- Ahora, quiero de den su mejor intento, a ese árbol de allá- Señaló- Tu primero, Boyce- Lo miró exigente y retador.