Capítulo 22

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CAPÍTULO VEINTIDÓS 

Haría cualquier cosa 

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NARRADOR OMNISCIENTE:

-¿Qué verdad, Emma?- Preguntó Maya confundida. Emma vio a su amiga, ya tenia puesto su piyama de donas. 

   Había pensado en ésto los últimos días, y sabia que era lo correcto. Faltaba menos de un mes para que todo cambiara, para que Cameron decidiera su destino. Y no podía hacerlo, no sola. Ya conocía a Maya de hacia meses, tenia varias razones para poder confiar en ella. Y ahora estaba dispuesta a contarle su gran secreto, aun sabiendo que podía perderle, que la tomaría de loca o la odiaría, pero sabia que lo correcto era decirle la verdad, aún cuando esta doliera.

-Sobre todo, sobre mí pasado y el porque estoy aquí- Dijo con lentitud.

-No comprendo- 

-Primero que nada, quiero que trates de entenderme, antes no sabia si eras de confianza-

-¿A qué quieres llegar con esto?- 

-Solo...mantén tu mente abierta- Suplico. Maya se acomodo en su cama mientras Emma empezaba a sacar cosas de la mochila. Maya agarro el libro viejo que ésta le tendió.

-¿Qué es esto?-Preguntó analizándolo. 

-Es un diario- Explicó- Lee sus fechas-

-Enero, marzo, abril...dos mil diez y siete, diez y ocho, diez y nueve...- Murmuraba- ¿Dos mil treinta y siete? ¿Qué no era un diario?- Pregunto Maya aun más confundida.

-Lo es, era el diario de mí abuela- 

-¿De Blanca Mitlel?. Pero aquí dice que tiene unos...dieciocho-Dijo ojeando el cuaderno.

-A eso iba. Cuando me encontraste en la calle, con esa ropa tan extraña y mí mala alimentación, sumándole que no estaba dispuesta a contarte nada de mi. ¿No te preguntaste de dónde venia?- Cuestiono misteriosa.

-Un todo momento- Admitió.  

-Crecí en un lugar cerca de aquí pero a la vez muy lejos-

-Ve al grano, Emma- Protestó maya.

-Nací aquí, pero en el año dos mil treinta y tres- Hubo unos segundos de silencio.

-No estoy para bromas, Emma- Reclamó Maya.

-Déjame terminar-Pidió- Voy a nacer en un futuro caótico. Nada es bueno allá, todo esta destruido. Mí madre murió por una de las tantas enfermedades de allá- Maya escuchaba sin expresión. No jugaría con un tema así, pensó- Y me pidió que leyera éste diario, en el mí abuela contaba todos los sueños y visiones que tubo, ella por alguna razón que aun no entiendo, vio el futuro. Y no solo eso, creo un maquina para viajar en el tiempo y impedir que una persona cause el fin del mundo. Por eso estoy aquí, ella profetizo que yo era la elegida para impedirlo- Todo quedo en silencio. Emma moría de los nervios, Maya no decía nada y se espero lo peor.  

-¿Qué tiene que ver que estés aquí?-Susurro. Y Emma sintió morir por tener que responder.

-Hay una persona que tiene que ayudarme-

-¿Es la que buscabas?- Emma asintió- ¿La encontraste?-

-Estaba más cerca de lo que pensé- Admitió- Que me cruzara contigo no fue coincidencia. No me mal interpretes, yo no busque esto, el destino me guió hacia ti. Yo no sabia que eras su hermana- Maya la miro sorprendida.

-¿Cameron?-

-Él es fundamental, es una de las razones por las que te estoy contando esto. También tengo que decírselo a él- Confesó- Mas esa no es la peor parte-

-¿Y cual es?- Los ojos de Maya reflejaban curiosidad y temor, mientras que los de Emma, culpa.

-Tenia que salvarlo. Su destino era morir-

-¿Mo-morir?¿Estas hablando de lo del auto?- Emma entendía la esperanza que Maya tenia por que su respuesta sea afirmativa, pero no podía mentirle, ya no. 

-Se lo de la enfermedad de tu hermano- Dijo para seguir confirmando a Maya que su historia era real- Mí abuela dejo una cura para ella-

-Su enfermedad lo matara- Dijo más afirmándolo. Las lagrimas ya caían sobre las mejillas de ambas. 

-Murió de una convulsión mientras dormía. O lo hará, el seis de julio de este año-

-¿Lo impedirás?-Preguntó la chica entre sollozos. Emma no se contuvo en abrazarla.

-Para eso vine. Pero necesito tu ayuda-

   Maya lo pensó, era loco creer en toda esta historia. Aunque, desde el primer momento una parte de ella confió en Emma, y ahora sabia el porque. Y de tan solo pensar que la persona que más amaba en el mundo, la que la acompaño desde siempre, la que la vio dar sus primeros pasos, seco sus lagrimas y causo sus mejores sonrisas, estaba en peligro, no lo dudo ni un segundo.

-Te ayudare en lo que necesites- Dijo segura. Las dos se dieron un gran abrazo luego de eso. Ya no estaban solas, se tenían la una a la otra.  

Mí Misión-Cameron Boyce- (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora