Capítulo 37

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CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

Última batalla

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-¡JAMES!- Llamo desesperada Maya. Ya no tenia sentido, su corazón había dejado de latir.

   Era cierto que tu vida pasaba por en frente de tus ojos antes de morir, James así lo vio. Pero para Emma , Cameron y Maya paso algo similar, al contemplar la luna esmeralda que de su pecho salió, a su mente llego la dolorosa imagen de un mundo sin James. El solo tenía diecisiete años, no estaba preparado para irse aun, sin embargo, él así lo quiso, ya que no creía poder soportar la perdida de otra persona importante para él.

   Una malvada y burlesca risa llego a sus oídos. La ira recorrió por el sistema de más de uno. Emma miró a Fermín a escasos metros de la escena y, sin poder contenerse, se enderezó y mando una ráfaga de aire en su dirección, ésta lo mando volando contra un árbol. Emma no lo dejo ni reaccionar cuando empezó a caminar hacia él, ataco con un huracán de viento sin fin que lo mantenía pegado al tronco a sus espaldas, sin oxigeno. Ahí vió que no eran los únicos que contemplaron la muerte de James, su equipo peleaba con más furia que antes. Noto heridos de gravedad de ambos bandos, como también cuerpos. Recordó lo que Cameron dijo días atrás: "No tenemos el derecho de quitarle la vida a nadie, aún siendo la gente de Fermín, solo nos defenderemos, podemos evitarlo, James dijo muy claro que la mayoría solo estaba ahí por miedo, amenazas o porque los estaban controlando. No podemos ser los buenos si hacemos cosas que él haría, aún en nuestras circunstancias, si tenemos la opción de no involucrar a terceros, la tomaremos ".

   Esa fue la razón de por la que James y ella decidieron solo usar esferas de energía con el poder para dejarlos inconscientes por horas. Y también fue el motivo de crear un plan que ni los hermanos Boyce sabían, solo ellos dos. Se había preparado para esto, estaba lista para llevarlo a cabo.

  Corto la ráfaga de aire permitiendo que Fermín volviera a respirar. El hombre tozía en el suelo, para luego levantar su mirada llena de odio. Para su desgracia no alcanzo a realizar ningún movimiento, ya que el lugar donde estaba cambió.

   Estaba en el mismo sitio, solo que el sol iluminaba más el día, había menos destrozos y las personas de ambos bandos ya no estaban. Se paro al respirar con normalidad. Todo el ambiente cambio, menos algo.

-¿Para qué me trajiste aquí?-

-No te he llevado a ningún lado, solo estoy controlando tu mente- Le respondió Emma calmada.

-¿Y qué pretendes?- Rió- ¿Que no sentemos a tomar el té y charlar?-

- Algo así- Dijo sin perder los estribos- Aunque la idea de matarte ahora mismo se me hace muy tentadora- Confesó.

-Ésto no es una estúpida telenovela donde con unas pocas palabras alentadoras yo olvidare todo mí plan, para terminar siendo amigos. Si esa era tu idea, eres más ingenia de lo que pensé- Sentenció, mas Emma lo ignoro.

-¿Por qué quieres destruir el mundo? ¿Qué ganas con eso? ¿Qué pretendes?- Comenzó a interrogar.

-Por la misma puta razón de la primera vez- Dijo entre dientes- Ustedes nunca entienden nada, solo se conforman con sacar conclusiones sin saber la verdadera detrás de las acciones de la gente-

-¿Y cuál fue tu accionador? ¿Qué o quién te hizo así?- Exigió elevando un poco la voz. Todo quedo en silencio, ninguno decía nada. Y cuando Emma pensó que no respondería, la interrumpió.

Mí Misión-Cameron Boyce- (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora