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—hola—la chica que se encontraba en el mostrador miro atenta al chico enfrente suyo

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—hola—la chica que se encontraba en el mostrador miro atenta al chico enfrente suyo.

—hola, ¿Qué va a querer?—pregunto mientras sacaba una libreta y un lapicero.

—am, en realidad yo venía por lo del anuncio en el periódico ¿Aún están buscando un mesero?—Chile frotaba frecuentemente sus manos entre si por los nervios que estaba sintiendo.

—¡Ah si! Tienes suerte hoy está mi jefe aquí.
—¿t-tu jefe?—dijo titubeando, la de ojos bicolor asintió enérgica—no creo que eso sea tener suerte.

—jajaja—río levemente la chica—no te preocupes, mi jefe es una buena persona.

—eso espero, hace mucho que no hago una entrevista de trabajo y me pone de nervios volver a vivir este tipo de experiencias.
—no te preocupes de más, estoy segura que te va ir bien—Chile suspiro fuertemente, la mujer sonrió levemente y extendió su mano hacía el chico.

—sabes me caíste bien. Soy Panamá—el de peculiar retina volvió a dirigir su mirada a la chica, ya más confiado sonrió un poco y estrechó la mano de la llamada Panamá.

—Chile, es un gusto Panamá.
—el gusto es mutuo Chile—sonrió gustosa—bien entonces le iré a decir a mi jefe que estás aquí.

—si muchas gracias—los nervios estaban volviendo al sistema del latino.

Panamá se desapareció por un buen tiempo, hasta que volvió con una sonrisa tranquila.

—puedes pasar Chile. Suerte—alento la panameña.

—gracias Panamá—se dirigió a la oficina con un paso un tanto inseguro.

Al llegar a esta tocó levemente y la respuesta fue un ligero 'pase' antes de entrar tomó fuertemente aire y exhaló.

—buenos días señor—el hombre enfrente de el estaba más entretenido viendo el periódico. Esto molesto a Chile, odiaba cuando la gente no miraba a los otros a la cara—yo... vengo por el empleo de mesero.

—ah si claro, siéntate—el hombre parecía anegado a soltar el periódico.

—bueno... si no es mucha molestia me podría ver a la cara—comento con un tono un tanto molesto.

El hombre detrás rodó los ojos pero por fin bajo el mentado periódico descubriendo tres colores en su rostro, unos llamativos ojos azules y un pelo negro elegantemente peinado hacía atrás.

Ambos se miraron a los ojos, se veían levemente sorprendidos el uno por el otro.

—¿Te he visto antes a ti?—comento el tricolor impresionado.

—lo mismo me preguntó yo—respondió atónito el contrario.

Ambos guardaron silencio, y empezaron a rebuscar en lo más profundo de sus pensamientos.

❥𝑼𝒏 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒑𝒂𝒑𝒂́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora