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—¡niños levántense ya! —grito el mexicano desde la cocina.
Los niños con pesar se levantaron y pusieron sus uniformes, apresurandose a bajar para evitar que su papá le s diera un regaño.
—buenos días papi—saludo el menor de los rusomexicanos.
—que onda pa—saludo esta vez el mayor.
—buen día mis niños apúrense por que tu padre los va a recoger —sus hijos lo miraron con confusión.
—¿por qué papá nos va a llevar? ¿paso algo malo?—preguntó preocupado el de ojos violetas.
—no es nada de lo que deben preocuparse, mi auto se averió así tardará unos días en estar listo, por lo mientras se padre los va a llevar —México no le dio más importancia al tema y siguió haciendo los lonches de sus hijos.
Uno minutos después una bocina de un auto afuera de la casa hizo que los pequeños se alarmaran y fueron corriendo escaleras arriba para lavarse los dientes y tomar sus cosas para la escuela, México salió para hacerle un poco de tiempo a sus pequeños.
Rusia lo vio acercarse por lo que bajó la ventanilla del auto, el americano se quedó a unos metros de distancia enfrente de la ventana de su ex esposo.
—gracias otra vez por llevarlos.
—no hay problema, pero en si ¿qué le paso a tu auto?—México suspiro debido a la pregunta pero no tuvo de otra que responder.
—el motor se calentó y como no había ido a checar no me di cuenta hasta muy tarde.
—mmm ya veo, pero ya lo llevaste al mecánico
—si ya lo lleve me lo entregan en tres días más a menos.
—si quieres dinero para-
—no es necesario—interrumpió rápidamente el menor al eslavo—yo tengo dinero para pagarlo, y aunque no fuera así Austria me dijo que lo pagaría.
Rusia rodó los ojos—y supongo que tu perfecto novio te va a llevar.
—tres cosas —subió sus dedos para empezar a contar—primero, no inicies por favor Rusia, segundo, no es mi novio y tercero el está ocupado por lo que me voy a ir en camión.
—¿en camión? ¿mínimo sabes usar esa cosa? hace tanto que no pisas el transporte público que lo mas seguro es que termines perdiendo entre tanta ruta.
—¿me crees tan tonto como para perderme?—preguntó con molestia en su voz.
—no es solo que ya no estás acostumbrado—el ruso soltó un suspiro—mira evitate todo eso, yo te llevo.
—no gracias, no es necesario—negó rápidamente.
—deja de hacerte el que puede, no tengo problema en llevarte, y entre mas peros le metas se ta va hacer mas tarde.
