08

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Gonzalo

—Exijo conocerla— dijo Mauro por el alta voz mientras conducía al trabajo de Katia para recogerla

—La vas a conocer, es muy linda y buena onda. Te va a caer bien— dije sonriendo

—Seguro, pero a vos te noto raro, ese tonito de voz, mmm, me suenas tierno, ¿te gusta?— preguntó y cerré los ojos por un momento, odiaba demasiado que Mauro me conociera tan bien

—N-no se— dije por fin y escuché su risa— posta boludo, es que, no se. Estoy confundido

—¿Por?, ¿por que esta enferma?

—No, no es por eso, es por que... no se, vos sabes qué onda conmigo, me da miedo eso de que, los dos siendo casi inexpertos, no sepamos manejar bien una relación— sacudí la cabeza al escucharme—, ¿viste lo que me haces decir?. Yo flasheando tener algo con ella y seguro no le gusto o no le llamo la atención, soy re tarado

—Eh tranqui, ¿por que crees que no le gustas?. ¿Cómo se comporta con vos?

—Bien, onda, normal, se pone nerviosa pero, eso es de siempre supongo. Así es con todos, no es muy sociable, pero cuando la conoces, es como abrir una cajita de colores y unicornios, no se si me explico— dije mientras la recordaba, su sonrisa, sus tics, todo

—Si, entiendo— dijo mientras soltaba un suspiro—, bueno, no se que más decirte. Estás grande Gonza, decile lo que sentis, capaz también siente lo mismo

—Veré que hago, no prometo nada, igual gracias hermano, te dejo por que ya llegue, hablamos luego

—Dale cabeza de enamorado, chau, besito— reí y corte la llamada, le mandé un mensaje a Katia de que ya estaba afuera esperándola, me respondió al toque con un "ya voy".

Rodé los ojos cuando vi los mensajes de Julia, ahora estaba muy al pendiente de Katia por que se mudó, no se podía ser más hipócrita. Levanté la vista y vi como la puerta de abrió, sonreí al ver a Katia salir. Pero mi sonrisa se borró cuando vi al chico de antes salir con ella mientras los dos se reían, se cruzaron la calle y en la esquina él le dejó un beso en la frente mientras le agarraba la mano. Mi cuerpo ardió de pies a cabeza, y no entendía por que, saqué mi vista de ellos cuando Katia venía hacia el coche, respiré hondo y le regale una sonrisa cuando se subió.

—Holi— me saludó dándome un beso en la mejilla y solo hasta ese momento me olvide del pibe con el que había salido

—¿Que onda el laburo?— le pregunté mientras arrancaba de vuelta a casa

—Bastante bien, siento que los animales me ayudan mucho— dijo sonriendo—, me siento mucho mejor, y no es para nada pesado, Martin me ayuda

—Ah, ¿Martin se llama?— cuestione mordiéndome el labio

—Sip— asintió— me cae bien— dijo en un murmuro, miró al frente y después a mi, como queriéndome decir algo

Pero se quedó callada.

—Me mostró algo— habló después de unos segundos y la miré con el ceño fruncido

—¿Que cosa?

—Una casa abandonada, con muchos gatitos— dijo sonriente—, eran muy lindos... aman los mimos. Me gustaría ir con vos algún día

—Claro, cuando quieras— acepté, obviamente no me iba a negar, ¿quien no quería ver gatitos?

—¿Vos hiciste algo mientras no estuve?— preguntó mirando hacia la ventana

—Si, dormir— dije alzándome de hombros, escuché su risa y después de eso sentí un apretón en mi pierna de forma amistosa, pero me había puesto nervioso—, y-y hablé con un amigo como por dos horas, le conté de vos

luna - bizarrap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora