luna - bizarrap

19

Katia

Me desperté de nuevo por el rayo de luz que se colaba en la habitación, solo que estaba vez sentía húmeda mi entrepierna, y al recordar lo de anoche, se me erizó la piel, haciendo que se me escape una sonrisa.

—Buenos días.— susurraron a mis espaldas y cerré mis ojos para frotar mi mejilla en el brazo de Gonzalo

—Buenos días.— respondí igual en un susurro y sentí que Gonzalo se pegó más a mi, pero abrí los ojos al sentir algo

—P-perdón— murmuró Gonzalo al sentirlo también, me di media vuelta y tenía las mejillas como un tomate. Le sonreí y le di un besito antes de escabullirme por debajo de las sábanas—, ¿q-que haces?

—Shhh.— lo chité y liberé la erección que tenía, no sabía como hacerlo exactamente, así que solo improvisé y empecé masajeándolo lentamente

Gonzalo se asomó por abajo de las sábanas para verme, me sonrió negando con la cabeza y le sonreí de vuelta. Cuando estuve más decidida a hacerle sexo oral, besé la punta y después lo metí casi entero a mi boca. Vi como Gonzalo sonrió con los ojos cerrados tirando su cabeza hacia atrás. Una de sus manos se entrelazó en mis cabellos para acompañar mis movimientos y fui más rápido.

—D-dios.— escuché un suspiro de su parte y succioné un poco más

Su cadera empezó a moverse por sí sola, así que supe que estaba por llegar. Fui más rápido y a la vez lento, hasta que sentí un líquido caliente en mi boca, pegajoso.

—A-amor...— gimoteó Gonzalo sacando su mano de mi cabeza y dudé en si tragármelo, así que solo lo hice y al parecer no sabía mal

Le puse el bóxer de vuelta y subí para salir de las sábanas, me miró con las pupilas dilatadas, el pecho le subía y le bajaba, aún estaba un poco extasiado. Después de un rato, me abrazó dándome un beso largo.

—Nunca lo había hecho, ¿qué tal?.— pregunté ladina y Gonzalo me besó los labios otra vez

—Hermoso.— susurró y me besó la sien

—¿Esto es un sueño verdad?.— pregunté y Gonzalo soltó una risa mirando hacia el techo

—Mira si alguien está soñando aquí, soy yo.— murmuró con ternura besándome la clavícula

Hizo que me diera vuelta quedando boca abajo, y comenzó a darme besos por detrás del cuello, y en la espalda, hasta que paró y pasó la yema de sus dedos por una zona exacta de mi espalda.

—¿Un tatuaje?.— preguntó y me olvide por completo del secreto más oscuro para mi, y de lo horrible que era

—No es nada— negué dándome vuelta cubriéndome con la sábana, insistió en verlo pero negué—, de verdad, amor.

—Dale, quiero verlo mejor.— pidió y cuando lo vi hacer puchero rodé los ojos y volví a mi actual posición

—Es horrible

—Me gusta— escuché que dijo y fruncí el ceño—, está mal hecho pero se ve— hizo una pausa buscando las palabras adecuadas—... sexy.

—No digas boludeces— empecé dándome vuelta—, parece un simple punto rojo en mi piel, como un barrito

—No, pasa que está demasiado pequeño para ser una rosa. Pero insisto, se ve sexy.— alzó ambas cejas sonriendo y le pegué un manotazo en el pecho riéndome