luna - bizarrap

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—Hola.— saludó con una sonrisa Katia al hermano de Michele, que recién llegaba a la ciudad

—¿Estas seguro de que no pude quedarme yo?.— preguntó Adrien a su hermano y él negó

—Si... tranquilo aparte yo ya tuve dos meses, te toca cuidar de tu sobrino y; quiero ver a mamá.— explicó Michele sacando su valija del coche

—Está bien...entonces buen viaje.— le deseó y lo abrazó para darle unas palmadas en la espalda

—Quiero que te quedes.— pidió Katia con los ojos llorosos y Michele la abrazó

—Tranquila, son solo unas semanas. Volveré lo más pronto... recuerda que tienes que ir al ultrasonido en unas horas.— le recordó y Katia asintió mordiéndose el labio

—No voy a querer saber que es...quiero que estes para hacértelo saber.— dijo refiriéndose al sexo del bebé

Michele sonrío y suspiró negando con la cabeza, le puso un mechón pelo detrás de la oreja y la tomó de ambas mejillas para que lo viera.

—Katia... n-no es mi bebé— le susurró—, si quieres saber el sexo, no importa. No tengo que estar yo contigo para que lo sepas; en cambio...él sí debe de estar contigo.

—E-está bien.— dijo intentando calmar su llanto y después le dio un beso suave para abrazarlo

—Cuídala— le dijo a su hermano y él asintió—; cuídense.

Michele le dio una sonrisa más a Katia para después entrar por la puerta y desaparecer. Katia se limpió las lágrimas y entró al coche con Adrien. Le dio instrucciones para que conduciera hacia el departamento, cuando llegaron Adrien se tomó una habitación para él.

—¿Tienes hambre?.— le preguntó a Katia y ella no respondió, estaba mirando hacia el suelo, aun llorando— Hey, tranquila, no es el fin del mundo.

—Para mi si.— susurró y Adrien sonrió

—Eres muy dramática. Solo se fue por unos días, llevan meses sin separarse un solo día... tranquila.— le dijo sobándole la espalda

—Y-yo se...— murmuró—... creo que el embarazo me hace más vulnerable.

—Mi sobrino te pone más patética.— le dijo revolviéndole el pelo y Katia sonrió

—Respecto a lo de antes; si tengo hambre.

—También te pone hambrienta.— la molestó una vez más y Katia revoleó los ojos— Yo no conozco así que...te tocará ver que comemos.

—Mmm— lo pensó poniéndose una mano en la barbilla—... solo hay que pedir una pizza. Ya tendremos tiempo para salir a comer afuera.

—Está bien.— aceptó y le dio el teléfono a Katia para que ella marcara el número y que hiciera la orden

Después de unos minutos hablando la puerta sonó, Adrien abrió la puerta y recibió la pizza pagando lo que Katia le había dado. Puso la caja de pizza sobre la isla de la cocina y después empezaron a comer.

A Katia no solía darle hambre, pero si tenía antojos. Siempre tenía ganas de cosas dulces y aveces de cosas picantes... y para ella eran raros, por que después quería combinar ambas cosas; a los demás les parecía asqueroso pero a ella le gustaba mucho.

Michele la complacía con todo, tenía toda su atención... la ayudaba a ir al baño todas las noches. Él sabía que Katia podía hacerlo por si sola, pero él no quería dejarla; nunca lo haría. Y ahora estando embarazada quería cuidar de ambos, todos los días al levantarse le preguntaba si estaba bien, si necesitaba algo. Y lo que ella quería, él se lo daba.