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Gonzalo intentó sonreír cuando Silvia —aún un poco enojada con él por lo que le había hecho a Katia—, lo abrazó, hoy cumplía veintidós años y de verdad no tenía ganas de celebrar.

No quería nada. Solo silencio y seguir llorando.

—Feliz cumpleaños.— le dijo Juan y él solo asintió, y su hermano no dijo nada, lo entendía a la perfección

—Gracias a todos pero... la verdad no tengo muchas ganas de celebrar. Perdón y gracias otra vez.— murmuró para los que estaban con él, igual no eran muchos y subió las escaleras

—Entiéndalo.— habló Mauro cuando Silvia iba a obligarlo a quedarse ahí, ella solo asintió

Mauro últimamente no se despegaba de él, sabía que estaba muy mal; pero al menos ya había logrado sacarlo de la cama. Llevarlo a las plazas a comer algo, afuera y que viera el sol, por que ni siquiera eso hacía. Estaba tan encerrado, como un preso, odiaba que su madre le abriera las cortinas por las mañanas.

Después él las cerraba y seguía durmiendo por muchas más horas. Soñando con ella. Eso le estaba pasando últimamente y lo odiaba, por que la quería tener de verdad, no solo en sueños, quería sentirla. Y cuando caía en que eso era imposible, lloraba.

—Eu, ¿querés algo?. ¿Un trago?.— preguntó Mauro, igual era su cumpleaños y sabía que si él no estuviera así, celebrarían hasta no ser conscientes de lo que hacían

Pero no pasó, él estaba deprimido.

—Si.— se lo aceptó y Mauro bajó para servir en un vaso whisky con hielos y subió a la habitación de Gonzalo para darle el vaso.— Gracias

Se lo acabó muy rápido, pidió otro y otro, así hasta terminar contándole a Mauro todo lo que había vivido con Katia. Una historia que Mauro sabía de memoria, de tantas veces que se la contaba. Pero no le reprochaba nada, solo se dedicaba a escuchar, y a no interrumpirlo y mucho menos decirle algo cuando comenzaba a sollozar.

—M-me deseó la muerte...— susurró Gonzalo limpiándose las lágrimas con su antebrazo—... y se que me lo merezco.

—No— intervino ahora si Mauro, por que sabía que eso no era cierto—, eso si no. No mereces eso, estuviste mal si, pero no debes de merecer un castigo así.

—S-si ella me lo deseó fue por algo, es tan... sabia. Tenía razón, todo el tiempo lo tuvo, ¡y yo no escuché, no hice nada!.

Se sentó en el suelo, mirando hacia la nada y Mauro lo acompañó, acompañó su dolor, sintiéndolo también. Por que le hacía mal ver a su mejor amigo así.

Quería al Gonzalo de antes.

🌙

Katia se levantó de la cama mirando hacia la ventana que daba a la ciudad de noche, y era lo más hermoso que ella había visto desde que estaba ahí. Podía ver a la gente caminar desde su balcón, a los coches pasar, había un parque cerca, y podía ver a las parejas paseando, con sus perros o demostrándose amor en público. Y ella sonreía al ver eso, pero sonreía con tristeza.

Ella estaba consciente del día que era, de la fecha, lo recordaba bien. Y desde la distancia le deseó lo mejor, por que no, no lo odiaba.

Miró hacia la puerta cuando tocaron y suspiró, fue hasta ella y la abrió, Michele con su gran sonrisa estaba ahí mirándola pero al verla en bata frunció el ceño.

—Katia— hizo un puchero y entró a la habitación—, si no vamos ahora perderemos la reservación en media hora.

—Ya lo sé.— dijo ella mordiéndose el labio y miró el vestido que estaba en la cama una vez más— Pero, yo te dije que no me iba a poner algo tan...

luna - bizarrap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora