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Katia

maratón; 1/2

—Gracias por venirme a dejarme de nuevo, saben que no lo tienen que hacer, y menos que vengan los dos— dije rodando los ojos mientras veía a Gonzalo y a Mauro

Esta era la tercera vez que venían a dejarme al laburo, juntos.

—Y bueno, queremos cuidarte bien, 'tas chiquita— dijo Mauro mientras me daba unas palmaditas en la pierna y lo miré mal

—Solo tengo diecinueve años— me quejé mientras abría la puerta

—¿Que?— preguntó Gonzalo mirándome y antes de salir del coche lo miré confundida—¿tenés diecinueve?

—Eh, si— dije alzando una ceja, Gonzalo soltó una risa y después asintió—¿que?

—Nada, nada, creí que estabas un poco más grande, da igual. Que te vaya bien, vengo por vos— dijo agitando su mano en forma de saludo, sonreí y salí del coche

—Nos vemos teñido— le dije a Mauro asomándome por la ventana y le di un beso en la mejilla— chau Gonza

—Chau chiquita linda— dijo y me reí por como me había llamado, me guiñó un ojo y después arrancó

—¡Ey!— dijeron en mi oído y solté un brinco, me di media vuelta y era Martin con una sonrisa grande—¿cómo estás?

—Bien, ¿vos?— pregunté mientras cruzábamos la calle para entrar al hogar

—Mejor ahora que te veo— dijo pasando un brazo por mis hombros para después darme un beso en la cabeza

—Que lindo sos— le dije sonriendo— eu, tengo que ir al baño, te alcanzo ahora

—Bueno reinita— me dio otro beso y se fue, me metí al baño y cerré con llave, me puse el uniforme y busqué las píldoras en mi mochila

Cuando las encontré vacile un poco, no sabía cuantas tomarme, al final elegí que dos y me las tome de una. Las guarde bien y salí del baño para dejar mis cosas en su casillero y después fui con Martin.

—Llegue— le dije apenas me puse a su lado y me miró para después ver hacia abajo de nuevo—¿que vemos?

—Está teniendo a sus bebés— dijo y miré yo también, había una coneja que estaba pariendo a seis conejitos— que lindo

—No dejen que se los coma— dijo Daniel que estaba mirando igual que nosotros y después de decirnos eso se levantó y se fue

—Ya escuchaste— me dijo Martin, se sentó en el suelo al igual que yo, y cuidamos que la coneja no se comiera a sus crías—¿por que se las comerá?

—Ni idea— dije viéndola atentamente— a mi me enseñaron de chica que si los tocas debes de tocarlos con una pañuelo con el olor de ellos o de la madre. Por que después no los quiere sino reconoce el olor, y se desocupa de darles de comer y así— explique y Martín me miró para sonreírme, me dio otro beso en la cabeza y me abrazó

—Que bueno que sepas de estas cosas, te va a ayudar mucho acá, o en parte en todos lados— exclamó escondido en mi cuello y me reí—¿que te da risa?

—Que hables en mi cuello, tu barba me da cosquillas— dije retorciéndome y Martin se rio para después empezar a mover su barbilla contra mi piel— ¡ah, no para, posta me da cosquillas!

—Bueno, ya, perdón— dijo deteniéndose—¿puedo hacer algo?

—S-si— dije no muy segura, pero igual, no podía hacer nada malo

Me relajé cuando sentí su respiración ahí mismo, chocando contra mi piel, sentí que guió su mano hasta la mía para agarrarla fuerte. Sentí su sonrisa en mi piel y por inercia sonreí también, abrí los ojos cuando sentí un beso húmedo en mi cuello, pero no hice nada, mi cuerpo se tensó pero fue solo por un segundo. Martín se separó de mi para verme con los ojos brillosos, me sonrió y se acercó lentamente, le sonreí de nuevo y antes de poder cortar cualquier distancia alguien nos gritó desde lo lejos.

—¿¡Así se labura acá!?, ¡cuiden a esa coneja!— dijo Daniel a lo lejos, Martin y yo nos separamos rápido para reírnos y levantarnos del suelo, al final Martin dejó un beso en mi mejilla y se llevó a la coneja con sus crías para ponerlas en un lugar con calorcito

Mientras yo me quede atendiendo a unos nenes, a darles comida a unos animales y todo eso.

🌙

—Trabajo pesado hoy ¿no?— preguntó Martín cuando salimos y asentí— bueno, me tengo que ir Katia, nos vemos mañana, ¿con cuidado si?

—Lo tendré— dije sonriendo, Martín me agarró la mano como antes para darme un abrazo fuerte y otro beso en la cabeza, como siempre

—Avísame cuando llegues— asentí de nuevo y sonrió para después darse media vuelta he irse

Pasó Gonzalo por mi, y fuimos directo a casa.

—¿Que tal hoy, como te fue?— preguntó mirando al frente y me alcé de hombros

—Algo emocionante, vi parir a una coneja— dije y Gonzalo me miró con la boca en forma de "o"

—Que genial, ¿y qué tal?, ¿cuidaste a los babys?— asentí mientras sonreía por cómo los había llamado

—Si, muy piola eso— dije mientras miraba al frente, los ojos me pesaban horrible, sentía que en cualquier momento me quedaría dormida o algo similar

Cuando llegamos bajé del coche con cuidado y entramos a la casa. Me senté en el sillón y me tapé la cara.

—¿Estas bien?— me preguntó Gonzalo y asentí—¿segura?

—S-si, creo que solo estoy cansada— murmuré y Gonzalo me examinó de arriba a abajo, me tocó la espalda y di un brinco en mi lugar

—Katia estas temblando

—Tengo frío— me excuse, me levanté de la cama y empecé a subir las escaleras lento y con cuidado

—Cuidado— dijo Gonzalo cuando vio como casi me caía por pisar mal— a ver, dame la mano

Se la di y pasó mi brazo por su hombro, me tomó fuerte de la cintura y me ayudó a llegar a la cama, me senté en la cama y me saqué el uniforme, abajo traía mi ropa normal. Me acosté en la cama y me tapé con las sábanas, pero aún así, seguía temblando.

—¿Que sentís?— cuestionó Gonzalo mientras me miraba preocupado

—Escalofríos— susurré— t-tengo q-que...

Me levanté de la cama para ir al baño, pero al dar el segundo paso, mi cuerpo colapso, haciendo que caiga al suelo, sentí mi boca expulsar espuma a cantidades muy grandes. Lo último que vi fue a Gonzalo intentando reanimarme, llamándome, pero no podía hablar, no era capaz.

Después solo escuché silencio, y poco después, me quedé dormida.

O eso pensaba.

luna - bizarrap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora