luna - bizarrap

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—Cuando sepas que decirme, me lo haces saber.— dijo Katia después de unos minutos de silencio

Gonzalo se había quedado estático en su lugar...¿iba a ser papá?, ¿desde cuando Katia estaba embarazada de él?, ¿por que se lo ocultó?, tenía tantas preguntas. Pero no fue capaz de abrir la boca para preguntar.

Estaba en shock.

Katia se levantó de la cama para salir por la puerta pero antes de que pudiera siquiera poner la mano en el picaporte Gonzalo la llamó.

—¿Te vas a ir?.— le preguntó alzando una ceja— Digo, mi bebé va a nacer aquí no en el otro lado del mundo.

—¿C-como sabes...?— cuestionó entrecerrando los ojos y soltó un suspiro cuando creyó saber quien se lo había dicho—... da igual quien te lo contó. Y no esperaba irme de vuelta a Francia, también quiero que nazca aquí.

—¿Cuanto tiempo tenés?.

—Tres meses...— susurró y se tomó el vientre de nuevo

—¿Y estás segura de que es mío?, digo tres meses, te fuiste dos...¿estás segura?.

Katia frunció el ceño y lo miró incrédula, ¿que mierda acababa de escuchar?, ¿que si estaba segura?, ¿¡que le pasaba!?.

—¡No seas tan idiota Gonzalo!— alzó la voz—, ¡agradece que te lo hice saber por que no tenía pensado volver a verte la cara!.

—¿Me lo ibas a ocultar?.— preguntó cínico— Eso es un delito ¿sabías?, me ibas a quitar el derecho de conocer a mi hijo.

—Me importa una mierda si era delito o no, iba a estar en buenas manos.

—No me digas que estás hablando del francesito ese.— dijo riéndose y Katia asintió con la cabeza

—Mejor padre que vos seguro es.— dijo firme y a Gonzalo se le borró la sonrisa

—No me com...

—Es mejor en todo— lo interrumpió—, me sanó, me ayudó. ¿Sabes que hizo cuando se enteró de que estaba embarazada de otro?, se puso feliz, por mi, por mi bebé... dijo que lo trataría como si fuera suyo, que iba a ser su papá así no tuviera algún gen con él. Iba a amarlo como si fuera suyo... ¿¡quien mierda hace eso por alguien!?.

Gonzalo se quedó mudo ante lo que dijo, y al ver como sollozaba. ¡Odiaba tanto verla llorar, verla sufrir!. Soltó aire por la nariz y se acercó a ella para rodearla con sus brazos; para su suerte ella no se separó, sino que se lo correspondió.

—Seguro es mucho mejor que yo...— susurró acariciándole los brazos—...perdóname, por todo; lo siento tanto Katia.

—E-eso ya no importa, es el pasado, solo hay que olvidarlo.— murmuró Katia limpiándose las lágrimas

—Es que yo no puedo— exclamó Gonzalo con la voz temblorosa—, todos los días me persigue el pensamiento de que estuve mal, de que fui un pelotudo, con vos... con todos. Me arruine y los arruine.

Sabía que el embarazo también no era algo limpio; ella había quedado embarazada la noche en que él, la lastimó mientras eran solo uno. Y odiaba pensar en que así era, pero era como había pasado, y ya no se podía hacer nada más.

—¿Pensaste en abortar cuando te enteraste?.— le preguntó separándose del abrazo para sentarse ambos en la cama

—N-no nunca lo pensé...

—¿Eso quiere decir que si querés?.

—Claro que si...— asintió y puso una mano en su vientre—...es mi bebé.