12

3K 253 135
                                    

Gonzalo

—De verdad estoy bien— le dije a Katia cuando hizo que me sentara en el sillón, estaba en shock prácticamente

—Dios, mira cómo estás, déjame curarte— pidió mientras pasaba sus manos temblorosas por mi pelo, al final termine asintiendo, aunque no era para tanto

Fue corriendo al baño por el botiquín, y en cuestión de segundos ya estaba de rodillas enfrente mío curándome las heridas, su cara reflejaba terror, y no se si era por la pelea o por la cantidad de sangre que cargaba encima mío, absolutamente toda la ropa la tenía llena de sangre. Pero yo estaba bien, el pelotudo de Martín, no estoy muy seguro de que se recupere pronto. De repente se me hizo más interesante mirar las facciones de Katia que estar pensando en la pelea, la tenía a centímetros de mi cara, y eso me gustaba, la podía ver más de cerca.

Ver sus ojitos bonitos, su boca redondita y rosada, me encantaba, esa era la palabra que yo tenía sobre Katia. Era perfecta y tan bonita, que no me gustaría verla mal, verla preocupada o triste, haría lo posible por tenerla todo el día sonriendo, era casi inexplicable lo que me causaba. Pero me gustaba.

—¿No te duele?— me preguntó y parpadeé para salir de mis pensamientos

—N-no— murmuré y siguió haciendo su trabajo, después de unos minutos terminó, dejando el algodón que había usado encima de la mesita.

—Hay que sacarte esa ropa— dijo y alcé una ceja divertido

—Bueno, sácamela— dije alzándome de hombros y enseguida las mejillas de Katia enrojecieron

—Gonzalo, no estamos para chistes— se puso seria, pero aún estaba nerviosa— anda a cambiarte

—Bueno, bueno— me resigne y fui a mi habitación para cambiarme, probablemente la ropa la iba a tener que desechar, quitar las manchas de sangre era muy difícil y más si era demasiada como en este caso

Cuando salí de la habitación Katia estaba preparando café, me senté en la isla y miré cada uno de sus movimientos, como iba de aquí para allá buscando cosas, y en cierta parte me gustaba, no por verla, aunque eso también me gustaba. Si no por que se sentía más como en su casa, antes no era de hacer lo que ella quería por pena, pero después eso se le fue quitando y era muy lindo ver como se divertía cocinando aveces.

Y si que se divertía bastante, por los tics regaba agua, café, sal, frutas, verduras, y prácticamente todo, pero se divertía, y eso era lo importante.

—¿No querés hablar de lo qué pasó cierto?— le pregunté cuando me dio la taza de café y se alzó de hombros sentándose enfrente mío

—No lo se, aún no lo entiendo— susurró mientras miraba hacia la taza y fruncí el ceño

—¿Entender que?

—Martín era muy, pero muy lindo conmigo y atento. Y de un día para otro cambio, como hoy en la fiesta, eso es lo que no entiendo, no se que le pasó, si cambió de opinión acerca de mi, n-no se. Aveces no me gusta pensar que aburro a las personas, pero luego llega una persona como Martin que te lo demuestra—explicó y me alcé de hombros

—A mi no me aburrís, y creo que nunca lo harás, si cambió de opinión que se vaya al carajo. No es el único chico en el mundo Katia, siempre hay más oportunidades para todo— la anime y asintió con la cabeza

—El amor es un desastre, e-es egoísta, horrible y...arriesgado— susurró bajito como si fuera más un pensamiento de ella misma, así que no dije nada al respecto

Me incliné sobre la mesa para tomar su mano que estaba encima de la mesa, alzó la vista y me regaló una sonrisa muy linda. Le sonreí también y acerqué su mano a mis labios para dejar un besito en el torso de esta.

—Gracias por curarme— le dije y asintió con una mini sonrisa— ahora déjame curarte

—¿Cómo?

—¿Querés desvelarte mirando películas conmigo?

🌙

—Bienvenido otra vez— le dijo Katia a Mauro cuando le abrió la puerta—¿cómo estás?

—Bien, ¿usted...¡ay por dios Gonza que te pasó!?— dijo con los ojos bien abiertos y me reí al ver su cara, lo invitamos a sentarse y le contamos todo lo que había pasado anoche— uy, tremendo gil, ¿lo dejaste inválido?, por que sino yo me encargo de eso

—No, y no tranqui, no hace falta, no creo que la vuelva a buscar después de eso— negué y Mauro miró a Katia

—¿Y si, solo fue por que estaba borracho?, digo puede ser q...— pellizque a Mauro sin que Katia viera y se quedó callado dedicándome una cara de confusión, justamente llegó la pizza que habíamos pedido y Katia fue a recibirla

—No le des más alternativas, más excusas, es mejor que se aleje de Martín, así que cállate con querer arreglar las cosas entre ellos dos— le dije a Mauro sin que Katia escuchara y ahí entendió

—Ah, si bueno, perdón— dijo alzándose de hombros y rodé los ojos, ambos miramos hacia la puerta cuando escuchamos risas, y claramente era el chico chamuyando con Katia— eu, tenés competencia

—Yo no tengo competencia— dije serio y Mauro solo me miró para sonreír

—Mmm, bue, alguien está celoso

—Cállate la boca, o te la callo— lo amenacé y por fin se quedó callado de decir tanta pelotudes

—Eu Katia, ¿sabes que edad tiene Gonza?— le preguntó y ella ladeó la cabeza

—¿Veinte?

—¡Casi!, tiene veintiuno, dos años mayor que vos, ¿estarías con alguien dos años mayor que vos?— le preguntó mientras la miraba atentamente y Katia me dio una mirada rápida antes de asentir despacio con la cabeza

—No es gran diferencia— exclamó Katia alzándose de hombros

—Y obvio no, ¿como es tu pareja ideal?— en este momento quería pegarme un tiro, me tapé la cara con una mano mientras negaba con la cabeza disimuladamente

—No se, creo que con lo que me pasó no quiero pensar en una relación ahora— maculló Katia nerviosa— voy a la cocina por vasos, ¿quieren coca-cola?

—Sip— dijo Mauro y Katia se fue a la cocina, le pegué un manotazo en la nuca y se quejó— ¡aia, tarado, pelotudo, la concha de tu hermana!

—¿Podés dejar de ser un boludo por un día?— cuestioné molesto— ¿que querés, asustarla?

—Y no, ayudarte

—Pues no parece, ayúdame cerrando la boca, ¡y mastica bien la comida!

—Bueno, tranqui eh, que no es para tanto, ya entendí, no haré nada más, y mejor tráeme unas empanadas— solté un suspiro y me levanté del sillón para ir a la cocina

Sonreí enternecido cuando vi a Katia queriendo bajar unos vasos, pero no podía, estaba chiquita y no alcanzaba.

—¿Te ayudo?— le pregunté y se dio media vuelta para verme tímida y asintió, me acerqué y bajé tres vasos

—Hace como dos años que no crezco— murmuró y solté una risita

—Ahora veo por que les gustan mas los hombres altos— dije y me miró para asentir mientras se mordía el labio

Y prácticamente fue mi muerte.

—No hagas eso— susurré sin verla mientras tenía la sonrisa más tonta en la cara

—¿El que?— preguntó sin entender y negué despacio

—Nada, un día de estos me vas a matar— murmuré y Katia se empezó a reír

—Morderse el labio, la debilidad de los hombres. Anotado en mi lista de cosas que me faltaban por descubrir, gracias.








🌺🌺🌺
ahora katia la puso dea.
el próximo cap se pica, así q voten mucho. 😁❤️

luna - bizarrap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora