La familia imperial

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Si miro hacia atrás preguntándome qué definió mi vida creo que fue el hecho de que siempre estuve huyendo.

Huyendo de los protocolos, huyendo de los regaños de mis padres e institutriz, huyendo de las clases, huyendo de la revolución y huyendo de los asesinos de mi familia.

He escuchado a muchos decir que les habría gustado pertenecer a la realeza. Bueno si conocen mi historia tal vez cambie su opinión.

Mi nombre es Anastasia Nicoláyevna Romanov mis padres son el Zar Nicolás ll y la Zarina Alexandra, tengo cuatro hermanos mis tres hermanas mayores Olga, Tatiana, María y mi hermano menor Alexei.

Estamos en una casa en Ekaterinburgo no se cuánto llevamos aquí. Estamos en esta casa por que nadie de nuestra familia se preocupo por nuestro destino.

En otra época fuimos la familia más rica del mundo, eso sí nuestra vida nunca fue fácil como muchos piensan.

Solíamos vivir en el palacio de invierno, lugar que ahora no me sirve de nada recordar.

También han venido con nosotros la acompañante de mi madre, el doctor, dos sirvientes y un amigo de Alexei.

Mi familia y yo hemos estado bien dentro de lo que cabe. No podemos mirar por las ventanas, ni salir al jardín, comemos lo mismo todos los días y somos vigilados hasta cuando queremos hacer nuestras necesidades.

No podemos hablar en otro idioma que no sea ruso ya que es el único idioma que ellos hablan. Nunca fue nuestro idioma favorito.

Mi madre aún se equivoca mucho al hablarlo.

Olga tiene prohibido tocar el piano, lo que en realidad la entristece y también a nosotras. Sus melodías realmente son maravillosas...

Solo se nos permite estar en nuestras habitaciones y pensar.

A pesar de esto mis hermanas y yo nos mantenemos contentas para no preocupar más a nuestros padres. Aúnque no es fácil mantenerse feliz aquí.

Estamos almorzando todos juntos hablando de lo que haríamos cuando saliéramos de aquí, pues aún guardamos esperanza de que algún día podamos salir, cuando Alexei hizo un comentario verdaderamente desagradable :

- ¿para que piensan eso sí moriremos todos aqui?- dijo Alexei molesto -

- ¡cállate idiota! - grito Tatiana -

- ¡niños tranquilos!- grito mi madre nerviosa -

- Alexei movió su silla de ruedas y se aparto de la mesa -

No sé que me sorprendía más el comentario de Alexei o la forma en como le gritó Tatiana, ella jamás le había levantado la voz.

- ¿a dónde vas? - le pregunto mi padre -

- a terminar mi barco - respondió y se fue -

Todos nos quedamos inmóviles observé a mi padre y tenía un rostro de pánico, de repente sentí la horrible sensación de que mis padres nos ocultaban algo, nunca había visto a mi padre con esa expresión.

Tatiana apretaba la mandíbula molesta mientras Olga miraba el plato con su ahora cotidiana mirada de tristeza. María apretaba el tenedor con fuerza yo simplemente me quede inmóvil.

- Nicolás por favor sigue comiendo - mi madre le tomo la mano en señal de súplica - Niñas por favor

Todos volvimos a comer aúnque estoy segura de que lo hicimos solo por complacer a mi madre.

La mirada de mi padre era de terror, cuando se dió cuenta de que lo miraba forzó una sonrisa y me guiño el ojo, pero yo sabía que estaba fingiendo para que dejara de sospechar.

En la tarde fuimos al patio Tatiana, María y yo platicábamos sobre lo de esa tarde y sobre nuestra antigua vida en el palacio, cuándo nos íbamos de vacaciones, cuando brincabamos María y yo arriba en mi habitación haciendo mucho ruido para los invitados de mamá y de nuestros amigos del palacio.

Reímos al recordar los buenos momentos pero pronto oscureció y nos fuimos a dormir. Está casa parece más tenebrosa de noche.

De repente por la 1 de la mañana Tatiana se levantó para atender a un oficial que nos pidió que fuéramos al sótano para tomarnos una fotografia ya que rumores decían que estábamos muertos. No me sorprendió en absoluto, de hecho me sorprendía más que aún estuviéramos vivos.

Estos y más pensamientos pesimistas me atormentaban día con día,  pero no los compartía con mi familia. Sabía que cada quien tenía los suyos.

Un mal presentimiento invadió mi estómago.

Intercambie miradas con mis dos hermanas, podía pasar lo peor o solo ser lo que era.

- tranquilas - anuncio ante nuestras miradas - solo nos arreglamos y bajamos quieren una foto

- ¿a esta hora? - pregunto Olga -

- tienes razón - respondió Tatiana - pónganse los corsets por si acaso

Mientras nos poníamos los corsets nos veíamos nerviosas. ¿Por fin todo iba a terminar? ¿Que tipo de final sería?

Teníamos un plan por si debíamos escapar. Pero nadie quería ponerlo en marcha.

- María - dijo Olga acomodándose el cabello - se que parece una tontería pero me gustaría que pasáramos más tiempo juntas

Nos quedamos calladas por un momento pero después nos miramos con una sonrisa.

- ya tendremos tiempo para eso - respondió María feliz por el comentario de Olga -

Terminamos de prepararnos y fuimos a la habitación de mis padres y Alexei.

Ahí nos dieron órdenes, mi padre llevaba a Alexei en sus brazos, mi madre lo seguía, mis hermanas y yo íbamos detrás de ellos nos seguían los sirvientes y el doctor.

Llegamos al sótano en dónde no había ni una sola ventana, era bastante estrecha, había una pared con papel verde pastel y otra puerta al parecer sellada.

Mi madre al ver que nada estaba preparado para la incapacidad de Alexei pidió a un soldado dos sillas.

Mi padre se puso delante de ella y repitió la petición para los guardias :

- dos sillas por favor - dijo mi padre, el soldado lo miro con desdén  y nos volteo a ver todos teníamos la mirada en el -

- ¡dos sillas! - grito  el guardia, fueron por ellas  las pusieron enfrente de nosotros mi madre se sentó en una y mi padre con Alexei sobre sus piernas en la otra, todos salieron y nos dejaron solos con nuestros amigos.

Busque a mi perrito Jimmy, crei que Tatiana lo habia bajado junto con el suyo. Me apresure a la puerta de la habitacion.

- Anastasia - dijo mi padre - ¿adonde vas?

- olvide a Jimmy - respondi - no tardo

Toque la puerta y un soldado la abrio. Me miro de arriba a abajo con desden.

- Olvide a mi perro - aclare - solo quiero ir por el. Por favor, ire rapido.

El doctor y mi familia tenian los ojos puestos en el.

- Por favor - volvi a repetir -

- rapido - respondio el soldado -

El camino no era corto por lo que el hombre me acompaño. Al regresar a la habitacion que compartia con mis hermanas, vi a Jimmy en los pies de la cama.

Habiamos dejado las camas desechas. Despues de todo nos iriamos, ya no serian nuestro problema.

Lo tome rapido y volvimos a la habitacion. Estaba mas tranquila con el entre mis brazos.

La última Romanov (Por Danny Flores) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora