VI

356 32 1
                                    

Huyang tomo el cristal kyber de la mesa para después colocarlo suavemente sobre la mano de Kyaa, le dijo que lo observará detenidamente y así visualizara el mango de su sable, gracias a eso ella por fin tenía una imagen clara de lo que quería.

—Es ligero, cómodo, elegante, de un color plateado brillante con pequeños detalles.

—Bien— respondió el droide.

Hyunga prendió un holograma con varios diseños de espadas láser, Kyaa analizo cada uno con detenimiento, le iba señalando al droide cada detalle que buscaba para su sable. Al final Huyang le dio todas las piezas y le dio un holograma con el instructivo para construir la espada.

—Aquí tienes todo tu material, también esta es una guía para que la construyas, síguela cuidadosamente, puedes estar viniendo para que yo supervise tu avance, pero al final todo depende de ti, confía en ti misma y en la fuerza— acomsejo el droide.

—Gracias—comento Kyaa mientras le regalaba un asentimiento al droide. Tomó su material y fue camino a su habitación.

La aprendiz se dio la tarea de estudiar el instructivo detenidamente, memorizar y entender cada pasó. Después venía lo complicado, poner en práctica lo aprendido, Kyaa sabía que la construcción de este tipo de arma podría ser larga, algunos Jedi llegaban a tardar hasta tres meses puesto que debía ser perfecto. Una vez que tuvo todo entendido empezó a ensamblar su arma, se sentó sobre su cama con el cristal y su material frente a ella, cerró sus ojos dejó que la fuerza fluyera alrededor del cristal, en su mente visualizaba cada pieza colocándose en su lugar lentamente, procurando no pasar en alto el más mínimo detalle. Cristal de enfoque, canal de energía, modulador, anillo de corriente... la mente de Kyaa no estaba en otro lugar más que en la espada, incluso fue Obi-Wan a visitarla, para observar su proceso. El sable quedó listo después de cinco días, entre la meditación y cumplir su entrenamiento para convertirse en padawan.

Abrió sus ojos y frente a ella lo que era material ahí se había convertido en su sable de luz, Kyaa se preguntaba si funcionaria, ella dudaba de su misma, pero una voz no familiar le habló —Confia, está listo—, Kyaa se exaltó con esa voz, pero le obedeció, así que con vacilación tomó el sable en sus manos y lo encendió. Ella espero todo, que explotará, que no encendiera o incluso que se cayera todo el material pero paso lo contrario. Frente a ella relucía una bella hoja luminosa color turquesa, la movió de un lado a otro dándole su sonido característico. Kyaa sonrío por su logró, guardó su sable entre sus vestimentas Jedi para volver con Hyunga y enseñarle su espada.

—Excelente trabajo, puedo jurar que cada vez ustedes tardan menos en fabricar sus espadas y lograr un excelente trabajo. Bien hecho.— puntualizó el droide.

Kyaa salió de aquella aula y se dirigió camino a uno de los salones de entrenamiento, ya deseaba usar su espada en combate. Programo el simulador, prendió su espada e inicio el entrenamiento. Cada estocada a los hologramas era precisa, sentía la fuerza alrededor de ella guiándola, su sable encajaba perfectamente en sus manos, su conexión era intensa. La fuerza la prevenía, incluso se dio la tarea de entrenar sin ella puesto que en combate no siempre podría ser capaz de usarla. Había adaptado su técnica de combate entre el Soresu y Ataru, el primero consistía en una total defensa, contra arrestar cualquier ataque y el segundo era agresivo, veloz contra un único oponente pero no para combate prolongado. Kyaa practicaba el balance entre estas dos técnicas y su total dominio.

Las horas pasaron pero Kyaa pasó este hecho por alto, no se había percatado que tanto otros apéndices como maestros la observaban, muchos ojos curiosos se posaban en ella. Y continuó así hasta que decidió parar a tomar un respiro, ahí se dio cuenta de la atención que había recibido por su entrenamiento, entre toda la gente se encontraba Yoda, quien le hizo una señal para que lo siguiera.

The Clone Wars (Editando y actualizando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora