Demasiado tarde.

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Bajo las escaleras lo más rápido que puedo esto era demasiado para mi y mi corazón, sentía que en cualquier momento iba a salirse de mi pecho, quisiera solo dejar de sentir que ahora todo lo que me costó conseguir se esta viniendo abajo, quisiera dejar de sentir esa presión en el pecho que incluso llega a provocarme náuseas; no estaba segura de lo que sentía, me sentía vacía, frustrada y muy asustada.

Suspiro encerandome en uno de los cubículos del baño del 3 piso siempre suelen estar vacíos a las 8:00 am, pongo una mano en mi estomago y la otra en mi boca ahogando los sollozos que salían de mi boca inconscientemente.

Con el nudo en la garganta marco el número de la casa de los Alemani.

— Se ha comunicado con la residencia Alemani ¿Con quién tengo el gusto?

Suspiro, — Soy ______... ¿Con Gerard Alemani?

Beep Beep Beep

— ¿Hola?

— Gerard... — Cubri mi boca con rapidez cuando se me escapa un sollozo.

— Señorita ______ ______ ¿A que se debe el honor de su llamada?

— Necesito... necesito que la casa este lista para mañana por la tarde.

Un silencio dudoso se hace presente, — ¿Va a venderla?

— Voy a mudarme.

— ¿Ya lo consulto con su hermana y con Andra?

Cierro los ojos con fuerza, — Si...

— ¿Segura que no es otra de sus decisiones tomadas a la ligera?

《Si, lo era》

— No... solo, quiero esa casa lista para mañana.

— Así será señorita.

Cuelgo la llamada.

Estaba parada con mi brazo sosteniendo la puerta y el otro sobre mi boca mientras las lágrimas bajaban sin mi consentimiento, esto no podía estar pasando había trabajado tanto para llegar hasta donde estoy, habia luchado por mi empresa, por mi hijo y por una buena vida y ahora todo esto se estaba convirtiendo en una nada.

El no va a tardar en encontrarme lo sé, todos aquí me conocen y no son discretos.

— _____... — Escucho su voz detrás de la puerta, - Se que estás ahí.

Trago en seco, — Bien.

—  ¿Puedes salir de ahí? Necesitamos hablar...

No podía decirle que no teníamos nada que hablar por que si, teníamos mucho que discutir.

Suspiro, — Lo se... pero no quiero.

— Deja de huir ya, sal de ahí y hablemos.

《 No quiero, por que me siento avergonzada, asustada y no se como decirte que es verdad que tenemos un hijo y que aún te amo pero que soy tan cobarde que mañana me iré del país》

Limpio mis mejillas y abro la cerradura, — Estoy aquí... — El me mira y se que esta molesto y lo entiendo yo también lo estaría, — No me veas así, porfavor.

— ¿Y cómo quieres que te vea? — Se cruza de brazos, — me mentiste.

Muerdo mi labio inferior con desespero, — No tenía opción, no me dejate una opción. — Le digo entre dientes aguantando las lágrimas que aún ais resbalan.

— ¿No la tenías _____? ¡¿No la tenias?! Yo pregunté y pregunté muchas veces, siempre dijiste que no tenía un padre pero si lo tiene y soy yo y tu lo sabías y me mentiste.

Un Tropiezo Con El Amor. (Joel Pimentel Y Tu) - CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora