Eran las cinco y media y Sirius y yo acabamos de prepararlo todo, se sentó y me miró.
-Espera hasta que venga por fa -dice y niego
-Si, que no me quiero quedar solo, anda, muñequita -bufo y me siento a su lado
Hablamos hasta las seis y diez.
-Tu cita llega tarde mujeriego -digo y me pasa el brazo por los hombros
-Lleva media hora conmigo muñequita -susurra en mi oído y lo miro
-¿Quieres tarta? -sonrío mirando el sauce y me guiña un ojo
-Idiota -digo y se sienta delante mío
-Mucho -dice comiendo cerezas
Una hora después
-¡No que me manchas! -grito riendo y se tumba a mi lado
-Gracias por haber querido ayudarme muñequita -dice mirándome
-Gracias por la cita -digo y miramos las nubes
-Eileen -dice y giro la cabeza
-¿Qué? -pregunto y me acaricia la mejilla
-¿Te puedo abrazar? -pregunta y asiento, me abraza y apoyo la cabeza en su hombro
Media hora después
-Muñequita, ¿quieres ver cómo es la casa de los gritos? -pregunta y asiento, nos levantamos y se convierte en perro, hecha a correr al árbol y llega al tronco, toca algo y este se para, me llama y entramos
-¿Esto lo ha hecho Remus? -pregunto y asiente
-Pobrecito -digo y suspira
Unos minutos después estábamos mirando por la ventana, (si se le puede llamar así, ya que lo tenia cristal) como nevaba, estaba con los brazos cruzados y helada, hasta que sentí como Sirius me pegaba a su pecho y me abrazaba, como el día de Hogsmade.
-Estas helada -susurra en mi oído y me da un escalofrío se ríe
-Sirius -digo girando la cabeza y me mira