Estaba leyendo en la Sala Común, eran más de las once y media y no había visto a Sirius desde la cena que se le había sentado otra encima.
—Hola, ¿Eileen verdad? —me giro y...
"Lo que me faltaba, que se me acerque esta." Pienso mirando a la ex de Sirius.
—Si, ¿qué quieres? —digo con una sonrisa falsa
—Que lo dejes en paz —dice y detrás suyo veo como este entra en silencio y nos mira
—¿Y por qué? —pregunto quitándole la vista de encima a Sirius
—Porque es mío solo que esta confundido y no sabe quien es a la que ama, por eso nos hemos dado un tiempo —asiento y en sonríe acercándose
—Tienes razón, estoy confundido, pero no por eso te dejé Iciar, vete a dormir, estás diciendo gilipolleces —dice mirándonos
—Sirius mi amor, te volverás arrastrando a por mí —dice y se va a la habitación
—Si no es porque estoy envenenado y tu tienes la poción no lo haría —ella se levanta de mala gana y tras mirarme mal va a su habitación
—¿Dónde estabas muñequita? Llevo buscándote más de media hora —dice sentándose dónde anteriormente estaba esta
—Llevo aquí desde que he acabado la cena —asiente y nos levantamos
—Hasta mañana Sirius —digo cuando llegamos a las escaleras
—Hasta mañana muñequita —me da un beso cerca de la comisura de los labios y sube las escaleras tarareando una canción
Unas horas después
—Claro que solo me interesa que acabe en mi cama —dice Sirius
—¿Entonces me la puedo follar yo? —dice otra voz, la cual no reconozco
—Claro, solo es una más para mí —dice y siento lágrimas caerme
—Vale Sirius —digo apareciendo
—A mi no me gusta nadie, ya sabes de sobra mis intenciones, muñequita —dice
—¡Conmigo no! —digo sentándome, miro a mi alrededor y veo que estoy en la habitación, me siento al borde de la cama y suspiro, me seco las lágrimas y suspiro
