Una semaba después
Los chicos se habían ido hace unos días ya que en menos de un mes empezábamos Hogwarts, o eso creí.
—Eileen, han transferido a tu madre, en unos días nos vamos —dice mi padre
—¿A dónde? En quince días hay que ir a Hogwarts —pregunto y se miran
—Lo siento cariño pero, este año no irás a Hogwarts, irá a Ilvermorny, es lo mejor, no te podemos dejar aquí y no sabremos cuando volveremos —dice mi madre y empecé a llorar
—¿Me estas diciendo que igual no vuelvo a ver a los chicos? No podéis hacerme esto —digo
—Lo siento hija, pero me temo que tu sexto año tendrás que cursarlo en Ilvermorny —dice mi madre
—¡NO PODÉIS HACERME ESTO! —grito
—Hija, es por tu bien —dice mi madre y subo pegando un portazo
Una semana después
—¡No muñequita! No puedes irte, por favor... No te vayas—dice Sirius abrazándome y llorando en mi hombro
—Lo han decidido mis padres, no yo chicos, no quiero irme —digo y los chicos me abrazan
—Pero que más da, si, vas a estar en el colegio, ¿no pueden ir ellos solos? —dice James
—Es que... No saben si volveremos o no... —digo y Sirius llora más fuerte
—Sirius... —digo y me acerca más a él
Unos días después
—Os escribiré, lo prometo, os quiero mucho —digo abrazándolos
—Te queremos —dicen y tras abrazarlos me acerco a Sirius
—Te amaré siempre muñequita —dice pegando nuestras frentes mientras llora
—Te amaré siempre mujeriego —susurro y me besa
—¡Eileen hay que irse! —grita mi padre desde el coche, me giro y quito mi pulsera
—Toma Sirius, es una promesa, me la tienes que devolver cuando nos reencontremos —digo y sonríe, le seco las lágrimas y lo beso por última vez
—¡Os quiero! —grito y James abraza a Sirius
