—Que hermosa novia tengo —dicen cuando salgo el baño, me agarro la toalla para que no se caiga y Sirius se levanta de mi cama
—¿Cómo has subido? —pregunto y me sonríe
—Secreto de merodeador —susurra y agarra mi cintura
—Sirius... Me voy a cambiar —digo y me suelta
—Me voy contra la pared —dice y río
—No lo digas, yo también he pensado mal —dice y me cambio, al terminar veo que sigue en la misma posición pon las manos a los lados de la cara
—Ya puedes Sirius —digo y me sonríe al girarse
Nos tumbamos en mi cama y hablamos de todo, reíamos y él jugaba con mis manos.
Unas horas después
Sirius se quedó dormido hace, aproximadamente una hora, le acaricié el pelo hasta que empezó a hablar dormido.
—Eileen no, no me dejes —decía
—Sirius —lo meneo del hombro pero el sigue
—Por favor no, te prometo que cambiaré, muñequita no me dejes —
—Mujeriego —digo más alto y lo muevo, el se sienta de golpe y me mira
—Muñequita... —susurra abrazándome
—No te voy a dejar —digo y se ríe