—Ven aquí, pégate más a mí —dice Sirius mirando mal a unos detrás mío
—Asquerosos de mierda —dice apretando la mandíbula
—Tranquilo... No pasa nada —lo abrazo y besa mi cabeza
—Pues que paren —dice
—Ven anda —digo y vamos hasta una pared del local
—¿Para qué me traes aquí? —dice y lo beso
—Me gusta que me traigas aquí —me separo y beso su cuello, el sonríe y aprieta mi cintura
—¡Au! ¿Me has mordido? —dice y río, me separo y besa mi frente
—Que acaramelados —dicen tirando de él y lo agarran separándolo de mí
—Hola dulzura —dicen acariciando mi cara
—¡No la toques! —grita Sirius y le pegan un puñetazo
—Tú te callas, haré lo que quiera con ella —dice mirándome y noto el alcohol en su aliento
—No me toques —digo y me intenta besar pero lo impido
—A esto pueden jugar dos guapita —me pega un puñetazo en la cara y lo miro con miedo
El chico se estampa contra la pared y cae desmayado al suelo, veo a los dos que tenían a Sirius agarrado en el suelo, uno agarrándose la pierna llorando y el otro mirándolo preocupado por el estado de esta.
—Muñequita... —dice y lo abrazo
Salimos de allí y nos sentamos en un banco en la calle.
—¡¿Le has roto lo pierna?! —pregunto y asiente enfadado
—Tenía que escapar de ellos lo antes posible... He sido muy lento, te ha pegado... ¿Te duele? —pregunta y limpia la sangre de mi pómulo
—No mucho, tranquilo, y no ha sido tu culpa —digo y le agarro la mano
—Pero... —lo beso y se relaja
—Pero nada —susurro y sonríe
—Ven aquí muñequita —me sienta encima suyo de lado y me abraza haciendo que apoye la cabeza en su hombro
