Me desperté en la habitación de los chicos, James no estaba a mi lado, y Sirius tampoco, lo último que recuerdo es hablar con Sirius en la torre de Astronomía y después quedarme dormida. Me siento al borde de la cama y en el suelo veo a Sirius hecho una bolita, supongo que dormiría en la forma animaga y durante la noche se transformó. Agarré el edredón y lo tapé ya que al estar a punto de comenzar las vacaciones de Navidad se notaba mucho que la temperatura había bajado. Con un hechizo lo subí a ka cama y fuí a cambiarme, como era sábado podíamos ir vestidos como quisieramos asi que me puse unos vaqueros negros, unas botas militares, una camiseta blanca y la sudadera de Sirius, sonreí mirándome al espejo y me peiné, el pelo me había crecido un poco así que, ahora lo tenía, medio corto, era raro, no sabía que hacer con él, me hice una especie de recogido y salí de nuevo porque la última vez que desperté a Lily y Marlene, cadí me voy por la ventana volando. Entro a la habitación de los chicos y los veo muy dormidos, y muy monos, lástima que durará tan poco.
Agarro un cojin y se lo tiro a Remus, el cual se queja y me mira con odio, repito mi acción con Peter que solo se mete bajo las sábanas de nuevo.
—Perdón chicos —digo y hago un acuanenti doble
—¡La madre que te parió! —gritan a la vez y Remus y yo reímos
—Buenos días muñequita —dice Sirius y sonrío mucho
—Buenas mujeriego —se sienta y me mira de arriba a abajo parándose en la sudadera y soltando una risa
