Dos meses después
—¿Qué tal el examen muñequita? —pregunta Sirius cuándo salimos de clase
—Bien, ¿y tú? —digo y suspira dándome la mano
—Genial, espero —dice y sonrío
Al día siguiente
Estaba desayunando con Lily y Marlene cuando sentí unas manos en mis hombros.
—¿Ya sabes que día es hoy muñequita? —preguntan en mi oído y me muerden la oreja
—Seis de Mayo —digo comiendo cereales
—Exactamente, felicidades hermosa —dice y me besa
—Se nos hace vieja la enana —dice James y reímos, me abraza y me felicitan Remus y Peter
Unas horas después
—No, Sirius no... Para —digo y empieza a besar mi cuello
—Uno pequeñito —susurra y lo muerde
—No Sirius, no sabes hacerlos pequeños —digo y me hace un puchero
—Pero pequeño —sonríe y se vuelve a pegar a mi cuello
Unas horas después
—Niña, que son las tres, vete a dormir ya, te obligo, venga para la cama —dice Sirius quitándome el libro de Pociones
—No me puedes obligar, no eres mi padre y dame el libro —sonríe y me mira
—Algún día me dirás papi —me guña el ojo, le pego en el hombro y me doy la vuelta para subir las escaleras, agarra mi cintura y me pega a su pecho
—Me encanta que te pongas roja —susurra y lo beso, el aprieta mi cintura y baja la mano a mi culo
—Buenas noches —digo al separarnos y muerde mi labio
—Que descanses muñequita —susurra y sonrío