Pov. Sirius
Eran las tres de la mañana y nevaba menos, Eileen se había quedado dormida en mi hombro así que la abracé para que no tuviera frío.
Unas horas después
Pov. Eileen
Me desperté, ¿cómoda? ¿Por qué estoy cómoda si me dormí en el suelo? Levanto la cabeza y veo a Sirius dormido debajo mío abrazándome por la cintura.
—Eres cómodo Canuto —digo poniendo la cabeza en su pecho
—Y tu pegas dormida... Tengo que pensar un apodo —dice y lo miro sonriendo
—Yo no pego Black —digo y alza una ceja
—Mi pecho no dice lo mismo Marsh —dice y me río, me levanté y el también
—Ha dejado de nevar —digo y al abrir la puerta se cae la nieve, pero Sirius tira de mi antes de que me caiga encima
—Son las... Doce del mediodía —digo y se ríe
Sirius hizo incendios hasta que salimos del árbol, entramos al castillo y fuimos a la Sala Común, nos sentamos junto al fuego y suspiramos.
—No siento las manos —dice y apoyo la cabeza en su hombro, el sonríe y unos segundos después dejó de tiritar
—Vamos a cambiarnos, quedamos aquí —dice y asiento
Cuando llego a la habitación veo una carta sobre mi cama.
"Señorita Marsh,
Lamento decirla que debido al nuevo estatuto de magia, todos los mestizos y sangre impura serán expulsados de las escuelas de magia. No queremos que se desperdicie el aprendizaje.
Un saludo, Mariela Fincher.
Ministra de magia II clase."Me senté en la cama y negué, miré el sello y si que era del ministerio, me empecé a poner nerviosa y noté lágrimas por mi cara, me cambié e hice el baúl, bajé y Sirius me sonrió, pero cuando vio mi cara se acercó corriendo.
—Muñequita, ¿qué pasa? —pregunta y le doy la carta
—No... No te puedes ir... —dice y me abraza
—Es... Del ministerio... Sirius, tiene el sello y firmas —digo y suspira
—No te vas a ir, no lo permitiré —dice y tira de mi hasta la oficina de Dumbledore
—Director —dice y Dumbledore, Sluhorn y McGonagall se giran
—¿Por qué llora Marsh? —pregunta McGonagall y Sirius la entrega la carta, esta la lee y pone mala cara, se la pasa a Dumbledore y y Sirius me aprieta la mano