39¦| 𝑶𝒓𝒗𝒖𝒅 ⁽ᴾᵃʳᵗᵉ ᴵᴵ⁾

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—¡Carajo! —exclamé mientras clavaba mi DMT hacia una pared cercana, logré aterrizar en un tejado y al parecer, hice que mis persecutores me perdieran de vista

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—¡Carajo! —exclamé mientras clavaba mi DMT hacia una pared cercana, logré aterrizar en un tejado y al parecer, hice que mis persecutores me perdieran de vista.

—¡Silvia! ¿Todo bien? —preguntó Moblit.

Asentí mientras apoyaba mis manos en mi rodilla, tratando de tranquilizar mi respiración.

—Cuando Hanji dijo que te estaban buscando, no pensé que fuera tan en serio —me dirigí a Anika, quien estaba sentada jadeando del cansancio.

—Siempre quise vivir una aventura, pero no así —confesó bromista.

Me fue inevitable no reír.

—No puedo creer que se dediquen a esto —continuó— si es así con los humanos, no me puedo imaginar con titanes.

—Nah, te acostumbras en una semana —contesté con una sonrisa, ella me devolvió el gesto.

Era una de las pocas conversaciones decentes que habíamos tenido, y en realidad no era una chica mala o irritante, pero aún así, me costaba soltarme con naturalidad cuando estoy con ella.

—¡Ahí están! —exclamó una persona de tez morena corriendo hacia nosotros.

—¡Corran! —ordenó Hanji.

Tomé de la mano a Anika, quien intentó acoplarse a la velocidad que iban mis pasos. Ella no tenía equipo de maniobras y Moblit la ayudaba a transportarse con nosotros.

Lamentablemente el castaño se fue por otro lado, por lo que nos estábamos quedando sin opciones.

Pero, como si el mundo me sonriera, encontré una azotea que parecía abandonada, tenía una puerta que parecía ser la entrada del edificio.

Nos metimos a aquel lugar, le dije que guardara silencio mientras apoyaba mi espalda en la puerta.

—Las perdimos —escuché una voz detrás de la puerta— ¡Maldita sea! ¡¿No pueden hacer algo bien?! ¡Localícenlas!

Después de escuchar aquello se podría apreciar el ruido de los DMT, dando a entender que se habían marchado.

—¿Se fueron? —susurró Anika.

—Eso parece —contesté— pero lo mejor es esperar unos minutos más.

Asintió y tomó asiento tranquilo, no me despegaba de la puerta pues sentía los nervios a flor de piel.

—Creo que lo mejor es esperar a Hanji y Moblit, para movernos con más confianza —mencioné a lo que ella volvió a asentir.

Pasaron unos cuantos segundos de silencio antes de que Anika soltara aquella pregunta.

La misma que hizo que mi corazón se acelerara incontrolablemente.

—Levi y tú tienen una relación, ¿no?

Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora