20¦¦ 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐

19.5K 2K 1.2K
                                    

—Lo único que queda es descansar —comentó Hanji terminando de examinarme— vas a seguir sintiendo algo de tensión en tus músculos, pero se irá quitando con el tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Lo único que queda es descansar —comentó Hanji terminando de examinarme— vas a seguir sintiendo algo de tensión en tus músculos, pero se irá quitando con el tiempo. Mañana debes estar bien.

Iba a comentar algo, pero el azabache me interrumpió.

—¿Y su frente?

En automático intenté llevar mi mano a la herida que se encontraba en dicho lugar.

Tuvieron que ponerle puntos de satura. Tres exactamente.

—Te quitaré los puntos en unos días, te avisaré —asentí— pero te quedará una muy ligera cicatriz, casi inapreciable.

—Muchas gracias, Hanji.

Después de agradecerle, tomó sus cosas y se retiró de la oficina de Levi, dejándome a solas con él.

Hanji mencionó que era mejor tratarme en el lugar más cercano posible que cuente con botiquín.

Como dicen por ahí, si algo quieres encontrar, seguro en la oficina del Capitán Levi estará.

Sobretodo si hablamos de botiquines, escobas, trapos y todas esas cosas.

—¿Estás bien?

Se puso de cuclillas, ya que estaba sentada en su silla. No quería que ocupara una de las que estaba frente a su escritorio, según él era mejor el asiento negro y tenía razón, era como estar sentada encima de una almohada gigante.

Asentí, me miró con una ceja alzada.

—Digo, nunca antes había tenido una cicatriz —admití— pero supongo que para todo hay una primera vez.

Le sonreí. Tomó mis dos manos, acariciandolas con un cariño tan inmenso que incluso me causó un brinco en mi pecho.

—Lamento no haber llegado antes —se disculpó sin llegar a mirarme.

—Yo lamento haberme alejado.

Me miró con un lindo brillo en los ojos. Con timidez, llevé una de mis manos a su mejilla.

—Tal vez nos metamos en demasiados problemas por esto —confesó, en consecuencia alcé una ceja.

—¿Tal vez?

—De acuerdo, nos meteremos en muchos problemas por esto —reí ligeramente— nuestros superiores no nos quieren ver juntos, Zackly nos tiene en la mira.

—Entonces... ¿No deberíamos intentarlo?

—No, no deberíamos.

Me sobresalté ante su respuesta, intenté alejar mis extremidades de él, sin embargo, me lo impidió.

—Por eso lo haremos en secreto —lo miré confundida.

—¿S-secreto?

—Solo hasta que estén las cosas menos complicadas, no podemos confiar en nadie, Silvia. Si solo queda entre nosotros dos, menos probabilidades hay de que se enteren los de arriba.

Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora