┃E P Í L O G O┃

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—¡¿Un pez?!

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—¡¿Un pez?!

Dejé caer el libro quedando a un lado del azabache quien se encontraba sentado tomando su taza de aquella manera única.

—Sabía que no ibas a resistir hasta la noche de boda.

—¡Biza es un tipo de pez! ¡como el salmón! —exclamé evadiendo su comentario, me senté a un lado de él— ¡todo este tiempo me dijiste «pez»!

—Supongo que no continuaste leyendo la definición —comentó mientras tomaba el libro, me crucé de brazos.

—¿Para qué? Solo dice las características del pez.

Me dio el libro justo donde se encontraba la palabra, a su lado tenía la definición que había leído anteriormente.

—Lee el segundo párrafo.

—¿Me va a decir cómo comerlo? —pregunté ligeramente indignada.

—En voz alta —ordenó.

Rodé los ojos, tomé el libro y comencé a leer.

—«Esta clase de pez habita en los lagos dentro del muro Rose, en especial en aquellos que poseen gran tamaño... » —después de leer lo miré aun con indignación que solo iba en incremento.

—Continúa —pidió volviendo a tomar de su taza. Suspiré.

—«Este término también es usado como sustantivo, debido a que según su etimología, aún de origen desconocido, se relaciona con algo bonito...» —contuve la respiración unos segundos, sentí la mirada de Levi, continúe leyendo casi en susurro— «de esta manera, "Biza" de igual manera, significa "bonito" o "algo más grande que lo bonito"».

Me mantuve en silencio viendo la página, me fue inevitable verificar si en efecto, había leído bien. Mi cerebro dejó de procesar, no supe qué decir.

—¿En serio creíste que te decía «pez»? —preguntó Levi con una ceja arqueada.

—Me dejé llevar, ¿está bien? —contesté sin mirarle. Cerré el libro y lo dejé a un lado mío— ¿En serio me ves así? ¿Me ves bonita?

—Hermosa, Silvia —sentí la sonrojes invadir mi rostro con el corazón acelerado— ¿Por qué te sorprende que te lo diga?

—N-no sé, son muy contadas las veces que me dices eso.

—Bueno, creí que era evidente —colocó un mechón detrás de mi oreja haciendo que lo mirara.

Le sonreí y me acerqué a él para apoyar mi cabeza en su hombro, él colocó su brazo alrededor mío para abrazarme, me atrajo más haciendo que mis cabellos tocaran su cuello. El azabache dejó su taza a un lado de nosotros.

—¿Crees que esa mocosa nos encuentre? —preguntó, miré un poco a la puerta para ingresar de nuevo al cuartel. Encogí los hombros.

—Lo dudo, estaba muy dormida cuando escapé de la habitación, Mikasa y Sasha también parecían dormir bien —reí ligero— además, el último lugar donde Anika Reeves revisaría sería aquí, en el tejado desértico de la Legión.

—No entiendo porqué insistió tanto en que durmiesen juntas —comencé a jugar con mi sortija de compromiso con una ligera sonrisa.

—Supongo que quiere hacer las cosas lo más tradicional posible —escuché que chasqueó la lengua.

—Como si no hubiésemos dormido juntos o no hayamos hecho algo más —lo fulminé con la mirada— no me veas así, soy honesto.

Suspiré y dejé escapar una risa. Sentí que me dio un beso en mi coronilla y apoyó su mentón en ella mientras me apoyaba en él para abrazarle.

—Levi... ¿No estás nervioso por mañana?

—¿Por qué lo estaría? —me encogí de hombros.

—Bueno, mañana a estas horas de la noche ya seremos marido y mujer —lo miré— mañana nos casamos y no es algo que se hace cada fin de semana.

—Bueno, creo que lo estaría si no estuviese seguro de dar el sí —tragué saliva— sé que nunca me voy a arrepentir de casarme contigo, por eso no estoy nervioso.

Sonreí con dulzura unos segundos.

—¿Arrepentirte? ¿Tú? —dejé escapar una carcajada sarcástica para bromear— por favor, valgo millones, por supuesto que no te vas a arrepentir.

Rio mientras rodaba los ojos, después me miró como si disfrutara ese momento, como si de alguna forma gozara de verme pronunciando aquellas palabras que hace unos ayeres me costaba mucho decir.

Como si estuviese satisfecho de que su esfuerzo por recordarme cada día y cada noche lo mucho que valía, finalmente diera resultado.

Tomó mi mentón y besó mis labios, le correspondí al instante de sentir su contacto físico, coloqué mi mano a un lado de su cuello mientras la deslizaba lentamente hacia su nuca. La mano de él descendió de mi rostro hasta mi cintura mientras la otra se encontraba en mi espalda ayudándome a recostarme sobre la sábana que se había encargado de traer para que nos pudiésemos sentar en el piso.

—Oye... —susurré colocando mis manos en su pecho para separarnos ligeramente— se supone que esto es después de la ceremonia.

—Se suponía que el significado de Biza te lo diría después de la ceremonia de igual manera —acarició mi cintura— tengo derecho a reclamar un adelanto de mañana.

Reí mientras colocaba mis brazos en su nuca, acariciando sus cabellos, besó mi frente.

—No puedo creer que ya nos casaremos —confesé con una sonrisa— estaremos juntos como esposo y esposa.

—Como la esperanza y la fuerza —continuó sonriendo al igual que yo. Comenzó a acercarse hasta tener los labios rosando los míos.

—Como el señor y la señora Ackerman —dije entre risas. También carcajeó ligero marcando profundamente su hoyuelo. Estaba tan cerca mío que sentía que en un falso movimiento nuestros labios se unirían.

—Como Héroes y Leyendas.

—Como Héroes y Leyendas

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Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora