┃P R Ó L O G O┃

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»-Esa siempre ha sido tu debilidad, Silvia

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»-Esa siempre ha sido tu debilidad, Silvia.«

-No, no ahora -susurré.

Lleve mis dos manos a mi cabeza, tratando de olvidar cada detalle de ese día.

Pero me pasa lo mismo de siempre, entre más trato de olvidarlo aún más lo recuerdo.

»-¡No me vengas con idioteces, Lenz! ¡Lo dejaste escapar! ¡Tenías la oportunidad de clavarle la puta cuchilla en el cuello y no lo hiciste!«

-¡Ya b-basta! -susurro esta vez con voz entrecortada.

Traté de calmar el temblor en mis manos, la respiración se me dificulta e incluso llego a sentir mis piernas entumecidas.

»-¡SILVIA!

Recibí el impacto de Bertholdt justo en la cabeza haciendo que cayera.

La respiración se me dificultaba y las ganas de patearles el trasero a los dos incrementaban.

-L-les prometo q-que se van a arrepentir, idiotas -les dije sin evitar tartamudear por lo débil que me sentía.

-¿Idiota? -comenzó a nublarse mi vista pero sabía perfectamente que esa voz era de Reiner- ¿cuándo me volverás a llamar «cariño», Silvi?

Con el coraje acumulado en mi pecho lo tomé del cuello de su camisa, lo miré con determinación y el ceño fruncido

-El día que te derrote... ese día te volveré a decir así.

Rió.

-Si me tienen que matar, créeme que estaré muy agradecido que sea tu cuchilla la que se clave en mi cuello.«

-¡YA!

Me puse de pie de golpe, tomé una de las carpetas con los papeles que estaba leyendo y la estrellé en la pared con toda la ira y fuerza acumulada.

Algunos papales se salieron de su sitio, cayendo al suelo.

Me senté para después volver a poner mis manos en mi cabeza tratando de masajearla.

Justo en ese instante entró Nifa, quien me vio con expresión preocupada.

-¿Todo bien?

Negué con la cabeza sin decir una sola palabra al mismo tiempo que unas lágrimas comenzaron a caer.

Al notar eso se acercó inmediatamente a mí para abrazarme.

Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora