11¦¦ 𝑬𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒛𝒂

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Pasó una semana desde la captura del Titán Femenino

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Pasó una semana desde la captura del Titán Femenino. Una operación que no fue llamada como exitosa.

El mocoso Titán sigue en cama.

Lenz. Ella tuvo una esguince no tan grave en el tobillo izquierdo y una contusión, por lo que estuvo en cama unos días, aunque tuvo una recuperación muy rápida a mi parecer.

Las juntas para llegar a un acuerdo con las autoridades de Stohess duraban todo el puto día.

En principio, solo citaban a Erwin, pero después comenzaron a llamar a Hanji, y mirenme, ahora a mí.

Tal parece que sólo me quieren para echar porras, porque no me explico que otra cosa podría hacer en esas dichosas juntas.

Cejotas llevaba quince minutos de retraso. Entre más pasan los días, más convencido estaba de que le encanta el drama.

Trataba de no desperdiciar mi tiempo leyendo el dichoso diario que repartían cerca.

—¿Capitán?

Al escuchar su voz, me di media vuelta para volverme a topar con aquellos ojos del mismo color del cielo.

—Lenz.

La castaña sonrió al termino de escuchar su nombre, se fue acercando a mí, entrando al salón que se supondría que era de juntas. Comenzó a caminar con ayuda de una muleta.

—¿No deberías seguir en cama? —pregunté al ver que se le dificultaba acercarse.

—Estoy bien, no se preocupe —se apoyó en la mesa que se encontraba en la sala— ¿Qué hace por acá? Hace días que no lo veo.

Sin saber de donde saqué la confianza, le contesté tranquilo:

—Al parecer no les bastó con Erwin y Hanji, también me querían a mí.

—Ya veo.

Hubo un silencio, no tan incómodo a mi parecer.

—¿Cómo va el tobillo? —me atreví a preguntar.

Ella sonrió mientras lo veía.

—Mucho mejor, es la primera vez que salgo de la cama. Me desespera no hacer absolutamente nada.

Asentí mientras me acercaba e imité su acción de apoyarse en la mesa.

—¿No es gracioso? —La miré— Usted se lastimó el tobillo derecho y yo el izquierdo; A usted le gusta el té y a mi el café.

Me fue imposible no sonreír.

—Tú eres la esperanza, y yo soy la fuerza —Continúe, me miró con una ceja alzada.

—¿Disculpe?

—¿Acaso no leíste el diario que publicaron hoy? —negó con su cabeza, le di el que había leído anteriormente.

Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora