¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La lluvia había aumentado su fuerza para cuando mis pies tocaron la cima de la muralla, debido a eso, la vista hacia el interior del muro María estaba totalmente bloqueada gracias a la niebla.
El no tener visibilidad del paisaje me causó desespero, ya que no sabía a lo que me enfrentaba.
Por un segundo sentí el pánico volver a florecer en mi pecho. No había nadie, absolutamente nadie alrededor mío cuando se supone que algunos reclutas estarían en la cima de la muralla administrando los suministros como las cuchillas, tanques de gas, entre otros.
Miré mi reflejo en uno de los charcos que se habían formado gracias a la precipitación del agua. Mi frente estaba cubierta con sangre de titán que se había combinado con las grandes gotas de lluvia que cayeron en el mismo sitio. También tenía rastros del líquido rojo en mi capa y manos.
Sin embargo, obligué a mis manos estar quietas. No puedo dejar que el miedo se apodere de mí, no hay tiempo que perder, necesito encontrar a Levi.
Suspiré antes de tomar una decisión sobre a qué dirección ir. Tomé aire antes de gritar con fuerza.
-¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ?!
Pasaron unos segundos de silencio absoluto, chasqueé la lengua y justo cuando estaba comenzando a avanzar hacia el lado izquierdo una voz débil que provenía del lado derecho interrumpió mi acción.
-Silvia...
Paré en seco, completamente atónita, pues no sabía si aquella voz era producto de mi imaginación gracias a mi nerviosismo o era la vida real.
-¿L-levi? -pregunté con voz temblorosa mientras giraba para direccionarme en el lado derecho- ¡¿LEVI?!
-¡SILVIA! -al escuchar aquel grito y confirmar que no era una alucinación mis piernas comenzaron a temblar.
Comencé a correr con todas mis fuerzas hacia el lado derecho, justo de donde provenía la voz de Levi.
-¡Levi! -grité sin detenerme.
-¡S-silvia! -al notar que su voz estaba entrecortada, el pánico comenzó a apoderarse de mí.
Casi nunca se le quebraba la voz y eso me estremecía a más no poder. Como si fuera una clase de señal, la lluvia comenzó a bajar su potencia, lo cual dejaba que la neblina se disolviera cada vez más logrando que mi campo de visión aumentara.
-¡NO! -grité al ver que el azabache estaba cayendo de la muralla.
Se estaba acercando hacia mi dirección, tal vez pensó que llegaría más rápido con el equipo de Maniobras, pero al parecer ya no tenía el suficiente gas.
Usé mi DMT para poder llegar hasta él, logré tomar su cuerpo en el aire con la poca fuerza que me quedaba, alcancé a dejarnos caer en la cima del muro, sin embargo, no fue una aterrizaje del todo limpio debido a que incluso rodamos en el suelo en diferentes direcciones, causándome un par de raspones en piernas y hombros, también unas lastimadas en mis brazos que de por sí ya tenían unas quemaduras.
