10¦¦ 𝑺𝒕𝒐𝒉𝒆𝒔𝒔 ⁽ᴾᵃʳᵗᵉ ᴵᵛ⁾

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Se tiró encima de Annie, inmediatamente detuve el cabalgar, quedándome perpleja ante la escena

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Se tiró encima de Annie, inmediatamente detuve el cabalgar, quedándome perpleja ante la escena.

—¡SILVIA! —en unos segundos, ya andaba en el techo de uno de los edificios cercanos a la pelea. —¡¿Qué demonios estabas tratando de hacer?!

Tardé unos minutos en asimilar que Jean usó su DMT para traerme hacia donde se encontraban mis demás compañeros, estaban cerca de nosotros Armin, Mikasa y la Sub-comandante.

—E-es que...

—¡¿Ibas a arriesgar tu vida, tonta?!, ¡Así no se resuelven las cosas!, si se te ocurre un plan así recuerda que nos tienes a nosotros, ¡No jodas!

Asentí, aun tratando de digerir la situación.

—T-te juro que Eren no se podía levantar... N-no se movía para nada, por más que le hablara.

—Seguramente... No quiso que lo hicieras —miré a Armin— haría cualquier cosa por sus amigos.

Asentí, mientras seguía mirando la escena.

Si no lo reconocía en la ronda anterior, definivamente ahora era peor.

Se le veía a Annie desesperada. Intentando salir, pero el castaño enloquecido siempre lo impedía.

Sin embargo, en un descuido de Jeager, logró escapar de él, con toda la velocidad del mundo corrió hasta los muros.

—No me digan que...

Fui interrumpida por Hanji.

—¡Intenta trepar el muro!, si lo hace ya habremos perdido.

Y en micro-segundos, Mikasa salió disparada hacia el titán femenino -quien ya había clavado sus dedos en la pared- y posó encima de sus dígitos.

Pude apreciar como caía Annie, como si todo el mundo se detuviera y la titán cayera lentamente.

Eren no pudo desaprovechar la oportunidad, no señor.

Le arrancó la cabeza, eufórico... Se había vuelto completamente loco.

—¡Se la va a comer!

Ante la exclamación de Armin, intenté ir a detenerlo, no obstante, Jean me lo impidió cuando tomó con fuerza mi brazo.

—Ya fueron suficientes locuras hoy, ¿no crees?

—Creo que hay tiempo de una más —contesté.

—No te va a reconocer, Lenz.

Miré a la Sub-comandante, quien mostraba un semblante serio y preocupado.

—Sí lo hará.

Le pisé con fuerza el pie a Jean, quien por instinto me soltó con un fuerte quejido.

Wᴇ·ʀᴇ HᴇʀᴏᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora