LEY DE CAUSA Y EFECTO VIII.

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Un mes transcurrió tranquilo, tal parecía que las aguas volvían a su cause. Charles estaba menos ansioso por las noches gracias a la compañía de Peter y conseguía dormir bien después de la llamada que Erik le hacía a diario antes de irse a acostar. Volver a la biblioteca a enseñar y leer a los niños, y aceptar el empleo desde casa en telemarketing, le tenían la mente ocupada. Erik se aparecía constantemente en su departamento visitándolos y compartían una taza de té. Apreciaba ver a Charles correr sus dedos a través de la escritura Braille para leerle clásico de la literatura moderna. Poco a poco se hacían más cercanos hasta el punto en que hermoso, era el adjetivo fijo que Erik usaba para nombrar a Charles y Charles tenía de planta el adjetivo cariño, para Erik.

.....

Aún era temprano antes del atardecer cuando la puerta del departamento de Charles sonó con insistencia. Sonrió al saber que la única persona que tocaba de ese modo dando tres golpes seguido después de otros dos mas, era Erik. Tomó a tientas el trapo de la cocina para secarse las manos, ya que terminaba de lavar taza que utilizó para tomar su té. Peter maulló a su costado y él contó los pasos hasta la puerta y al abrirla un aroma particular inundó sus fosas nasales. Sonrió de nuevo y Erik le saludo con su voz profunda y calma,

-Hola Charles,

-Hola Erik, pasa, - este entró y cerro la puerta tras él.

Se agachó un poco para acariciar a su gato y Charles muerto de curiosidad se apresuró a preguntar,

-¿Son para mí?, - Erik rio fuerte y las mejillas del castaño se pusieron sonrojadas,

-Claro que son para ti, son...,

-¡Rosas!,

-Así es, hermoso. Son rosas, - Charles parpadeó y alargó su abrazo hasta que su mano chocó contra el plástico que las protegía,

-¿De que color son?,

-Hay algunas de color rosa oscuro y otras en color rojo, - sonrió de nuevo deslizando sus dedos hasta encontrar los pétalos tersos,

-Apuesto a que son hermosas y tienen un aroma exquisito,

-Le pedí especialmente a la señora de la florería que me diera las de mejor aroma,

-Será perfecto despertar con aroma a rosas.

Charles que ya había dado un paso atrás extendió los brazos y Erik comprendió que quería sostenerlas el mismo. Las dejó con cuidado entre sus manos y este hundió sin miedo su rostro en ellas. Erik lo veía hacer aquella acción y estaba completamente cautivado, Charles se aportó del ramo y abrió los ojos que parecían brillar aún sin tener luz propia. Extendió el brazo para tocar con la mano el antebrazo de Erik y así pudiera guiarlo,

-Me acompañarías a ponerlas en agua y llevarlas a mi habitación. Justo ahora estoy perdido en mi propio departamento, - y ese no era un pretexto para estar a un lado de Erik, estaba dudando si seguían en la entrada del departamento o media sala.

Erik acomodo mejor la mano de Charles en su antebrazo,

-Estamos a diez pasos de la sala y vamos a la cocina. Pondremos estas flores en un lugar estratégico para que te despierten con su aroma, - Charles volvió a sonreír y ambos caminaron hasta la cocina.

Erik lo dejó tomar asiento mientras buscaba un florero,

-Tengo alguno en alguna parte, nunca me han regalado flores y las pocas que alguna vez hubo aquí, llegaron por que mi madre las traía,

-Estoy seguro de que lo encontraré, prometo que la siguiente vez será un arreglo floral y no tendremos que buscar a ese furtivo florero, - ambos rieron ante las ocurrencias del mayor.

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