EL RESCATE III.

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Capítulo III.

Diez días transcurrieron de ese modo, Erik alimentaba, ayudaba a ir al baño a Charles y platicaban de cualquier cosa. Habían tenido varias partidas de ajedrez y entablaron una especie de amistad en la que Xavier se sentía menos desdichado viendo los ojos verdes grisáceos de su captor.

Erik estaba tranquilo por que Charles cooperaba en todo, jamás había vuelto a llorar o gritar. Estaba teniendo un acercamiento que le asustaba, jamás había tenido a alguien que fuese tan cercano y afín a él. Su acercamiento y empatía fueron tantos que decidió que era inútil mantenerlo atado a la cama, las esposas solo habían dejado heridas en sus muñecas y equimosis en todas sus fases.

No había noticias de Brian Xavier, el hombre se negaba a pagar cualquier tipo de rescate aún cuando el llanto y los sollozos de su esposa se escuchaban a través de la bocina.

Charles llevaba varios días pensando en su captor y en las atenciones que había tenido hacía él. Las heridas de su cadera habían desaparecido casi en su totalidad y Max, como lo había escuchado nombrar una sola ocasión, estaba prácticamente todo el tiempo atendiéndolo y revisando que nada le faltará. Temía las consecuencias que traería el hecho de que ya no permanecía esposado a la cabecera. Había prometido a Max no quitarse la mordaza aún cuando podía y menos desvendarse los ojos, solo lo hacía cuando el se lo pedía al llegar a la habitación en la que lo mantenían preso.

Escuchó la puerta y de inmediato se puso alerta. No podía observar nada pero estaba seguro de que ese no era Max,

-Mira que tenemos aquí, - no conocía la voz de ese hombre, en realidad solo podía reconocer la de su captor, -¿Quién autorizó al bastardo de Max en quitarle las esposa a este despojó humano?, - una tercera persona, respondió,

-Eisenhardt lo decidió solo, Jefe. Se ha hecho muy amigo del tullido este, - Charles bajo la cabeza tras lo dicho por aquel hombre.

Nunca espero el fuerte golpe dado en su estómago. Tosía y soltaba alaridos que quedaron atrapados en la mordaza,

-Así que Max, se ha hecho tú amigo muchacho. Elegiste a la peor escoria para entablar una amistad, - Charles trataba de cubrirse a si mismo pero no hizo el intento de quitar la venda y mordaza, -Trae al imbécil de Max, ahora mismo Reptide.

El hombre salió de inmediato de la habitación y fue directo al sillón en donde Max dormía. Lo despertó de forma brusca y por la cara de Janos, Erik sabía que algo estaba realmente mal. Se levantó de un brinco,

-El Jefe te llama, está en el cuarto con el muchacho, - Erik corrió hacía la habitación y sabía que lo que encontraría no le gustaría nada.

Charles había sido derribado de la cama y en el piso fue pateado varias veces por el Diablo. Emitía gemidos y se quejaba de modo lastimero, Erik lo observó y tenía ganas de tirarse encima de él para que dejaran de lastimarlo. Pero se mantuvo parado a un lado con los brazos cruzados en el pecho y observándolo, no había emoción alguna dibujada en sus facciones pero por dentro quería meterle una bala en la cabeza al bastardo de Sebastian. Este lo observó antes de hablar,

-¿Quién mierda te autorizó a quitar las ataduras de esta basura inútil?,

-Nadie, pero no las necesita. Como tu lo acabas de decir, - tragó saliva antes de continuar hablando. A él mucho más que a nadie le dolía decir lo que estaba por afirmar, no quería que Charles tomará por ciertas sus palabras, pero debía ser convincente con Sebastian para qué dejará de lastimarlo, -Es un inútil y tullido que no podrá escapar a ningún lado, - Shaw elevó una ceja y sonrió con sorna, mientras en el piso se escuchaba el llanto ahogado de Charles,

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