AL AIRE. Capítulo III.

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Las llamadas entre ambos a partir del poema fueron a diario y durante varios meses. Erik seguía sosteniendo su postura de mantener su amistad vía telefónica y Charles no lo presionaba, dejaba fluir las pláticas en un afán de conocer a profundidad a su nuevo amigo y saber que era eso que no le permitía mostrarse ante él.

Una plática por más reveladora surgió una noche después de que Charles llegará del trabajo a casa. Su móvil sonó y respondió rápido al ver el nombre de Erik brillar en la pantalla,

-Erik, hola,

-Hooo-la, - la voz de su amigo lo alarmó,

-¿Estás bien?, ¿Sucede algo?,

-No me gusta dormir, - Erik respiraba un poco agitado y Charles por igual mientras quitaba su saco,

-¿Por qué?, a caso pasa algo durante tus sueños,

-Los sueños son maravillosos, en ellos vez a gente que probablemente conoces y tu mente crea escenarios idílicos. Yo vivo en el infierno, mis sueños están plagados de gritos, llanto y llamas. Esos no son sueños, Charles, son el recordatorio de mi vida y mi penitencia, - Charles ya no estaba tranquilo ante lo dicho por Erik,

-Dime, ¿Cómo puedo ayudarte?,

-Nadie puede hacerlo Charles, nadie puede ayudarme. Era mi obligación protegerla, todo buen conductor esta al pendiente de su automóvil, ella está muerta por mi imprudencia,

-Erik, necesitas calmarte, ¿Dime que sucede?,

-Mamá está muerta y yo sigo quemándome cuando cierro los ojos y trato de dormir,

-Erik, escúchame, - la llamada se interrumpió de modo abrupto y Charles se quedó con el corazón en un hilo.

Trató de llamar de nuevo varias veces pero el teléfono de Erik estaba descolgado. Tomó un té con los nervios destrozados y se acostó a dormir esperando que mañana temprano Erik atendiera su llamada.

Era sábado y la luz del sol se colaba a través de las cortinas. Charles se quedó un rato más recostado, no debía levantarse temprano, ya que los fines de semana eran sus días libres en la radiodifusora. Así que se quedó reflexionando en que llevaba tiempo sospechando que Erik tenía una historia que le lastimaba y que era la causa a su negativa de verse y que estaba relacionada directamente con su intento de suicidio.

Recordó la primera llamada que mantuvo con él, Erik se había hecho llamar Magnus, estaba seguro de que si ingresaba en el buscador ambos nombres juntos algo debía encontrar. Tomó la laptop de su mesa de noche y la colocó sobre sus piernas, ingresó el nombre y el alías, y dio directo en la tecla de buscar. No hubo mucho que indagar, ya que todo estaba en internet y a la mano. Estaba el nombre completo de Erik, una biografía y fotos, pero también estaban las notas sensacionalistas de hace tres años,

Se encuentran pruebas de que el automóvil que manejaba Erik "Magnus" Lehnsherr, leyenda del automovilismo Alemán, fue saboteado.

"Magnus", el magnífico permanece en el hospital con el 45% del cuerpo con quemaduras de tercer grado.

Descanse en paz la madre del bólido Alemán, Erik Lehnsherr. La señora Edie Lehnsherr madre del afamado "Magnus", murió al interior del vehículo en el que viajaba caminó a Gales. Erik Lehnsherr permanece en coma inducido, debido a las quemaduras de tercer grado que recibió en la mitad del cuerpo tras la explosión del vehículo.

Hayan culpable a Sebastián Shaw de manipular el vehículo del corredor automovilístico Erik "Mangus" Lehnsherr, en el que su madre falleciera y el quedara desfigurado.

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