Capítulo 15

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-Es sorprendente -Dijo la platinada.

-Te dije que me curaba rápido -Respondió el ojiazul.

Había pasado que ambos se dirigieron al apartamento de la platinada, en donde Jack estaba sentado ahora en el sofá mientras que Elsa estaba sentada en la mesa de noche de madera frente a él.

La herida de Jack ya no estaba abierta, estaba ya coagulando y uniéndose, pero había zonas no cerradas aun y sangre seca alrededor.

-Curación rápida o no hay que limpiarla al menos -Acercó un botiquín a su lado, tomando agua oxigenada para vaciar un poco en un algodón.

Se acercó al peliblanco que se apartó su chamarra para que Elsa lo limpiara pasando la abertura de su playera. Limpió lo que tenía a su alcance, pero comenzaba a desesperarse de la playera e intentaba jalando la tela para poder limpiar mejor.

Se apartó hacia atrás resoplando y mirando la herida.

-¿Quieres que.... -Jack pellizcó la tela de su playera blanca.

-Sí, si no te molesta.

Jack se estiró suavemente para jalar su playera desde el cuello para apartársela. Elsa admiró disimuladamente su torso trabajado y bien formado desde brazos, pecho y abdomen.

Se aclaró la garganta para concentrarse en la herida que era una diagonal en medio de su pecho mientras Jack miraba hacia otro lado.

-¿Entonces tienes dones de curación y de hielo?

-¿Y me creerías si te digo que también vuelo? -Dijo confiándole aquel don que sabía que después de esto no usaría si se volvían a enfrentar.

-¿Qué? Pero tienes una motocicleta y nunca te he visto.

-No ando volando por ahí a ojos de los demás en medio de la ciudad, soy discreto.

-Deberías aprovecharlo -Bromeó mirando la herida de nuevo.

Jack sonrió y miró la ventana frente al lava plato en la cocina de Elsa, teniendo una hermosa vista del cielo de noche y nublado.

-Que linda vista.

Elsa terminó de limpiar para apartar los algodones sucios sobre un recipiente. Ella miró a la ventana y asintió.

-Sí, es lindo mi apartamento y digo por.....lo cómoda que me hace sentir -Dijo girándose para ver a los ojos a Jack y este a ella.

Ambos entonces siguieron mirándose como en el bar, pero esta vez no había a donde ir con prisas o con gente alrededor.

Ella miró sus manos y le atrajo ver el tatuaje del espiral de la muñeca de Jack, levantó la mirada cuando Jack se inclinó hacia adelante para tenerla más cerca.

Levantó su mano para acariciar su cabello y guardarlo tras su oreja. Elsa se acercó más llevando su mano al hombro de Jack para acariciarlo hasta su cuello donde le empujaba con suavidad para acercarse.

Fue entonces que este no resistía más y acortó la suficiente distancia para rozar su nariz con la de ella y después besar sus labios fríos y delgados.

Ambos movieron sus labios con suavidad, saboreándose y respirando contra sí disfrutándose. Elsa lo disfrutaba de verdad y Jack igual, ya extrañaba esos labios que no había duda alguna en que era su Elizabeth.

Llevó sus manos a sus caderas para atreverse a atraerla para sentarla a horcajadas sobre sus piernas.

Apartó hacia atrás el cabello de ella para besarla libre de esas caricias que sólo le provocaban cosquillas y Elsa le acariciaba su cabello igual mientras continuaban besándose subiendo su ritmo.

No tengo miedo a...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora