Capítulo 16

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No se había inmutado en sujetarse o trenzarse el cabello, apenas se vistió con pantalones de mezclilla holgados, botas negras de agujeta que llegan a mitad de su espinilla y una playera de manga larga holgada color gris.

Cuando llegó a los laboratorios forenses su hermana estaba esperando en la entrada. Llevaba una coleta, chamarra verde, pantalones de mezclilla y botillas chicas marrones.

-Hola, hermana -Saludó ella queriendo sonreír - ¿Cómo dormiste? Sonabas algo.....

-¿Vamos a entrar o no? -Elsa le respondió abriendo la puerta, provocando que Anna resoplara con mala cara siguiéndola.

Cuando llegaron con el encargado de las citas, este preguntó por permisos e identificaciones.

-Criminóloga Elsa Arendelle, laborando desde ya cuatro años.

-¿Y el permiso?

-Yo soy de Guardianes -Anna le entregó su identificación de este. El joven uniformado observó la identificación para comenzar a negar con la cabeza.

-Es practicante apenas, necesito un permiso de alguien a cargo.

-Es para los mismos fines del mismo caso, sólo queremos ver el cuerp....

-Lo lamento señoritas, pero necesito el permiso o de lo contrario me veré a retirarlas y......

El joven no siguió hablando puesto que Elsa se atrevió a cruzar el escritorio que los separaba. El joven le iba a detener, pero Elsa lo pescó de la camisa para estrellarlo con ligereza contra la pared y levantarlo debido a su fuerza de hielo que provocó congelando la pared y las prendas de este.

-Te estoy diciendo que soy criminóloga desde cuatro años y si eso no te parece o no te hace sentir seguro, llama a quienes tengas que llamar, iré a ver ese cuerpo para ayudar más a los cabezas huecas de los policías y de Guardianes ¿Escuchaste?

El joven ni quiera contestó, Elsa se separó dejándolo ahí colgado. Anna le sonrió con pena y pasó tras su hermana con paso veloz.

Cuando llegó junto a ella quería reclamarle, pero debía hacer suavecito debido al carácter de su hermana.

-Con todo cariño y paciencia te digo que no debiste......

-¿Tu opción era dejarlo así y pedir un estúpido permiso a alguien que nos lo negaría?

Anna hizo trompa sus labios mientras pensaba en aquello, cuando cruzaron la puerta y encontraron al encargado de mostrar los cuerpos, este se acercó a preguntar por cuál.

Cuando dieron la descripción se encaminaron a una puertilla que dejó resbalar el interior metálico con el cuerpo de la mujer cubierta por una tela blanca, cuando la apartó Anna había sentido un cosquilleo en su espalda.

En cambio Elsa sólo miró su rostro, ese rostro que la miró con furia. Después observó el vientre y como lo dijo su hermana tenía la herida de una abertura, no la cortaron sino que le enterraron un arma afilado.

Pero la herida no era tan delgada y limpia como para que una navaja o cuchilla se la haya enterrado, era al afilado y ligeramente más grueso.

-¿Y sólo de una murió? -Anna preguntó mirando el cuerpo.

Elsa recordó a lo que también venía, miró la muñeca izquierda completamente limpia de cualquiera marca, miró hacia la cadera que le impedía ver su otra mano.

Fue avanzando la rodear el cuerpo y fue entonces que se detuvo en seco cuando observó la misma marca de Jack. El mismo cairela enrollado a su muñeca, la misma altura......era la misma marca.

No tengo miedo a...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora