Capitulo 12

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Narra Cristóbal

Hoy en verdad había sido un día caótico, juntas, papeles que firmar, contratos por redactar, y peleas, con mis padres, y mi amigo, ¡¿Que más puede pasar?!. A si!!! Salvar a la secretaria de mi vicepresidente.
Al salir del edificio solo quería llegar a mi casa, hacer ejercicio para sacar la frustración ducharme  y comer algo rico, a no pero tenia que hacerla de superheroe, y así pase hasta las dos de la mañana en el hospital. Al llegar a mi casa me recibe lo mismo de siempre, la soledad, una fría y amarga soledad, hay muchos a los que le agrada este sentimiento, pero a mi me vuelve vulnerable. Me dirijo al horno, donde se que mi ama de llaves la señora Clara, a dejado la cena preparada para mi, un rico filete de res con verduras y pan de ajo, uno de mis favoritos, mientras estoy comiendo reflexionó sobre lo sucedido ayer, si no hubiera llegado a tiempo esos canallas habrían logrado su propósito, ultrajar a una mujer indefensa sin oportunidad defenderse verla inconsciente entre mis brazos, y luego saber que estuvo en coma por quien sabe que razón, al verla en aquella cama era como ver un ángel dormido, y pueden llamarme loco pero sentí una calidez al tomarla de la mano. Jamás había sentido algo así, jamás he sido un hombre celoso, NUNCA ¡¿Que rayos paso ahí?!, me recrimino esos pensamientos en seguida, se supone que yo amo a Florencia y no, no se supone yo amo a Florencia, una sexy y hermosa pelirroja que conocí con tan solo 6 años, ella es la única hija de la mejor amiga de mi madre, ella siempre ha soñado con que ella y yo nos casemos y formemos una familia, a lo cual mi padre se opone terriblemente, la familia Berlusconi es una familia un tanto egocéntrica y su hija no es la excepción, pero no me puedo quejar de nada, asi como es la amo y puede que tal vez hay veces que veo a las personas por encima del hombro, pero, ¿Qué puedo hacer?, mi padre es una persona mas bondadosa y humilde, lo cual creo que es lo opuesto conmigo, y obviamente mi padre se opone a nuestra unión. Hoy de hecho volvimos a tener una nueva pelea por la misma cantaleta de siempre.

Recuerdo.

La junta había terminado hacia diez minutos y solamente se encontraban mis padres, los padres de mi amigo, el mismo y nuestras secretarias, estábamos charlando de lo bien que había ido la junta para la nueva sede en Inglaterra, las secretarias se encontraban hablando entre ellas y nosotros en nuestra propia charla.

-¿Por que no vamos a comer, a un nuevo restaurante?- propone Evangelina - He odio muy buenas referencias del lugar y es ampliamente recomendado

-Yo digo que si, hace mucho que no tenemos una comida todos juntos como en años pasados - ahora es mi padre el que comenta - pero antes hijo quiero tratar unos temas en privado, ¿por que no se adelantan ustedes y en un momento los alcanzamos?

No puede ser, estas charlas solo se deben a dos cosas, numero uno la empresa y si algo va mal con ella y la numero dos es sobre cuando me voy a casar o reprocharme sobre mi elección de pareja.

-Claro padre, adelántense ustedes, y vamos padre, muchas gracias señoritas, todo quedo estupendamente bien. Sofia y - hay como se llama la otra asistente

-Evelyn señor, me llamo Evelyn - se voltea hacia mi y la veo a los ojos, un intenso color gris, hermoso nombre ese nombre siempre me ha gustado, asi se llamaba mi abuela, la mama de mi papa, y me prometí que si llego a tener una hija en honor a mi abuela la nombraría asi.

-Señorita Evelyn usted tambien puede ir a comer. Ahora si padre vamos.

Salimos de la sala de juntas y nos dirigimos ha la que actualmente es mi oficina, al entrar mi papa se sienta directamente en la silla que yo ocupo, mi padre pondrá tener 66 años, pero aun asi puede ser intimidante, esta recostado en el respaldar de la silla y tiene las manos juntas con los dedos separados y esa mirada que me daba cuando cometía alguna travesura de niño.

¡Quiereme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora