Después de comprar varias prendas adecuadas para el viaje y soportar horribles largas horas de vuelos y escalas, finalmente habíamos llegado a una de las ciudades de California.
El calor estaba por matarme y Conan sólo frotaba sus ojos mientras esperábamos por un taxi.
—Tendremos que alquilar un auto— me dijo, malhumorado por la espera.
—Encárgate de eso.
En cuanto subimos al taxi Conan empezó a escribir con rapidez sobre el teclado de su celular.
—¿En dónde nos quedaremos? —pregunté mientras pensaba en que había dictado una dirección en concreto y no había nombrado un hotel.
—En casa de Giselle.
—¿Qué le pasa a esa mujer?
—Me he vuelto como su mejor amigo virtual, ya confía en mí.
—Que terrible error.
Él medio un golpe el hombro— Soy un buen amigo.
—Claro.
Unos minutos después el taxi estacionó frente a una amplia casa de color blanco y rejas negras.
—Es una casa muy grande como para sólo una persona —dije saliendo y tomando mi maleta— ¿Vive con sus padres o algo así?
—Comparte la casa con otra persona.
—¿Qué edad tiene?
—Diecinueve.
—¿Y la otra persona?
—También.
Después de pagar seguí a Conan. No se los niego, me sentía incómodo de llegar como invitado a la casa de alguien que solo queríamos utilizar.
Unos segundos después de que Conan tocará el timbre la cortina del lado de la puerta se movió con cuidado. Había una persona ojeando detrás de la cortina.
—Está comprobando que no seamos unos psicópatas o algo así —dije y me fue inevitable el no reír.
—Para —me dijo él, tratando de que dejara de reír.
—¿Acaso nadie le dijo lo de "las apariencias engañan"? —pregunté y después mordí mi labio inferior tratando de aguantar la estúpida e inoportuna risa.
Una despampanante rubia, con un increíble bronceado, grandes senos, buenas piernas y labios rojos, abrió la puerta.
A Conan casi se le desencajado la mandíbula al verla— Woo, eres... woo, eres mucho más bella en persona.
Lo mire por el rabillo del ojo esperando que esa actuación fuese por el engaño y no porque le había gustado. No lo puedo negar, Giselle podría ser hasta modelo, pero no hicimos tal viaje para quedar embelesados.
Ella sonrió— Debo decir lo mismo de ti, Conan. Eres guapísimo. Que bueno que me he animado a que nos conozcamos, es la primera vez que acepto esto.
Bufé para mis adentros. Esta no es ninguna niña buena, esta ya es experimentada, podría hacerle la competencia a Conan si quisiera.
—Lo mismo digo, Giselle. Es la primera vez que me atrevo a hacer un viaje por alguien.
Esta supuesta buena amistad tiene una buena explicación. A base de mentiras todo les resulta mejor.
Conan me señaló— Él es Vincent, mi amigo. ¿Recuerdas que te hable de él?
—Sí. Un gusto, Vincent. Soy Giselle.
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La Dornan
Novela JuvenilCharlie Dornan dio inicio a La Hermandad. La gitana consideró que aquello debía terminar. 1994 fue el año en el que ella nació. Nacida por una maldición, creada sólo para cumplir una profecía, que todo acabe por ella, por la Dornan. Ellos son del 1...