La Copa De La Vida [Severus Snape]

Cap. 77

/Narradora/

Eran aproximadamente las tres de la mañana y Dimitrius no podía concebir el sueño, su marca comenzó a moverse y escucho su voz.

-está noche cae un traidor a la sangre en el departamento de misterios- se escucho en su cabeza aquella voz siseante, el chico dio un bote de la cama y corrió con la única persona que sabía que lo podría ayudar.
-¡Papá! - grito al estar frente al despacho de su padre mientras tocaba como si la vida se fuera en ello, no necesitó insistir mucho cuando la puerta se abrió dejando cerca un más que molesto Severus.
- ¡¿hace semanas me dices señor y de la noche a la mañana te da por decirme papá?!- pregunto enojado el hombre.
- ¡no hay tiempo! ¡Lo van a matar! - dijo el chico desesperado.
-¿a quien van a matar? Dimitrius estabas soñando- el chico en su desesperación agarro la cara de su padre.
-no lo entiendes, escúchame, él me dijo que va a matar a un traidor de la sangre en el departamento de misterios- dijo el muchacho moviendo la cabeza de su padre desesperado, lo solto y se dio media vuelta dejando a la vista su marca moverse.
-demonios - susurro Severus y agarro a su hijo de la mano para correr con rumbo al despacho del director.

Algo no iría bien, eso lo sabía, tendría que ayudar a Dimitrius con la oclumancia para evitar ese tipo de intromisiones por parte del señor oscuro.

Entraron al despacho del director sin tocar, encontrándose con Ron, Harry, Hermione y Elizabeth también en pijama.

-¿a que debo tu visita Severus? - pregunto Albus y el mencionado hizo dar un paso al frente a su hijo.
-el señor oscuro va a matar - dijo Dimitrius y todos lo miraron atentos.
-casi la mismo que me dijeron los señores Potter- respondió Dumbledore- avísale a la Orden que el señor Weasley esta en peligro--le dijo a su fénix- vuelvan a sus habitaciones, excepto, Severus, el señor Snape y los señores Potter.

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En la casa Snape, una mujer de cabellos azules se aferraba a sus hijos en la presencia de Lord Voldemort.

-Kasandra, Kasandra, hace muy buen tiempo que no te miraba- siseaba el hombre tocando la mejilla de la mujer, quien, a pesar de estar intimidada se mostraba impasible- los años estuvieron de tu lado, mírate, aún más bella que el día que te conocí- la miraba de arriba a abajo- sigo sin comprender como es que mi mano derecha llegó a ser tu esposo, en otras circunstancias... - dejó las palabras en el aire y miró a los bebés- por otro lado, tengo que admitir que a pesar del padre, los infantes les salen casi con la belleza de un Black.
- ¿a que debo su agradable visita mi señor? - pregunto Kasandra con voz firme.
- no hay motivo aparente ¿tienes algún inconveniente?
- para nada mi señor, siempre es un honor su presencia - dijo ella pegando a sus hijos al pecho, pues estos comenzaban a llorar, Voldemort comenzaba a irritarse con el llanto de los bebés.
-veo que necesitan atenciones- se refirió a los niños- me paso a retirar, espero verte en la próxima reunión- siseo- salúdame a Severus y Dimitrius- y sin más desapareció.

Kasandra exteriorizo entonces su miedo y subió corriendo las escaleras, si ese hombre había podido entrar a su casa, no tardarían en comenzar a llegar los mortifagos cada que quisieran. Con miedo en su piel dejo a sus pequeños en la cama de su habitación y fue por un baúl al armario, con su varita comenzó a llenar el baúl con lo que los niños necesitaban y ella también, una vez listo lo cerró, a sabiendas del frío que hacía en el castillo de Hogwarts, abrigo a sus hijos y ella se puso una capa de invierno, hizo pequeño el baúl y lo guardo en su capa, luego cogio en brazos a Eileen y Lucius y corrió de nuevo escaleras abajo encontrándose con un elfo doméstico.

-avisa a Dumbledore que en 5 minutos llegamos a su despacho por favor- la pequeña criatura asintió y con un plof desapareció- vamos a ir con papá unos días- les dijo a los niños- ¿se portarán bien verdad? - los pequeños comenzaban a sentir el miedo y la tensión de su madre, sus caras comenzaban a hacer un puchero--tranquilos.