Cap. 70

886 77 17
                                    

/Narradora/

Severus no se encontraba de muy buen humor aquella mañana, desde que se despertó recordó a quien había visto el día anterior en la cena y el solo pensar que tendría de compañera de trabajo todo el año a ese cerdo rosa con cara de sapo le daba náuseas y unas ganas enormes de renunciar a su trabajo como profesor, no obstante esa mujer se sentaría a su lado en la cena, cosa que aborrecía porque con una noche, solo una noche que estuvo sentada a su lado, le había hartado de sobremanera y lo había hecho plantearse seriamente el envenenarla hechando un litro de  filtro de muertos en vida en su copa de vino de elfo, la mujer era odiosa, simplemente un tormento rosa.

El desayuno no fue mejor que la cena y su primera clase con los de primer año lo tenía hasta la coronilla, niños ineptos, sucios, asustadizos, torpes, tontos, preguntones y temblorosos, su hijo nunca fue así, desde siempre había demostrado un talento nato en la magia, Severus y Kasandra se habían esmerado en que aprendiera mucho antes de entrar a Hogwarts, a los 11 años había leído dos veces el libro viejo de pociones de su padre, sabía encantamientos de dificultad media, no muy a favor de Kasandra Severus le había introducido en el mundo de las artes oscuras, pues para poder defenderse de ellas tenía que saberlas, saber como funcionaban, como reaccionaba el cuerpo ante cualquier hechizo o Poción oscura, lamentablemente para la metamorfomaga ella estaba de acuerdo en eso específicamente, pues ella pensaba igual, por eso tener a tantos inútiles reunidos en una aula lo exasperaba.

Por su lado Dimitrius no estaba muy contento con que su primera clase fuera DCAO, pues algo en esa mujer no le gustaba del todo y le gustó menos cuando ella llegó al salón de clases dándoles un libro y diciendo que afuera no había peligro alguno y sus clases serían solo teóricas.

-¿y como nos enfrentaremos a el peligro que hay ahí afuera? - pregunto Harry, la cara "bondadosa" de aquella mujer cambió a una de desconcierto.
-¿cómo que peligro Señor Potter?- pregunto la mujer retando al chico, la clase se mantenía en silencio, todos miraban atentos a Harry y Umbridge, menos una cabellera negra que se encontraba con los codos apoyados en el escritorio mié tras jugaba con los anillos de sus dedos y pensaba que esa era la mujer más estúpida que conocía, ni Lavender Brown llegaba a tal nivel.
-no lo se ¿tal vez Voldemort? - pregunto Harry haciendo casi estallar a la mujer.
-El. Señor. Tenebroso. No. A. Vuelto- puntualizó la mujer.
-claro que si, mi hermano lucho contra él en la última prueba del torneo- soltó Elizabeth.
- ¿como explicaría usted la muerte de Cedric?- dijo Harry comenzando a exaltarse "Gryffindors"  se dijo mentalmente Dimitrius mientras rodaba los ojos, si bien eran sus amigos, pero no podía evitar pensar que eran demasiado impulsivos y a veces no pensaban antes de actuar, algo tonto a su parecer.
-la muerte de él joven Diggory fue un evento desafortunado- hablo Umbridge comenzando a exaltarse también "esa mujer deja ver cada vez peor a Slytherin, cayendo en provocaciones, menuda tonta" si, a Dimitrius en esos momentos le estaba saliendo el Severus Snape que tenía dentro, pues cuando se ponía así su madre le decía que era idéntico a su padre.
-¿hasta cuando el ministerio dejara de ser tan inservible? - se escucho desde uno de los asientos de atrás, todos giraron la cabeza a el lugar donde se había escuchado la voz, encontrándose con el chico que desinteresado jugaba con sus anillos, la profesora se había puesto de un color rojo intenso- claro, es de esperarse con el ministro que tenemos, no es mucho más que un payaso enfundado en una traje y túnica de gala con un sombrero de copa estúpido.
-¿cómo se atreve a hablar así del ministerio y del ministro mismo? - pregunto iracunda.
- ¿es que acaso estoy equivocado Profesora?-  alzó una ceja sin dejar de ver sus anillos- es indudable que quien-usted-sabe a regresado.
-¡levántese! - grito la mujer, Dimitrius se paró- ¡Dígame su nombre!
- Severus Dimitrius Snape, profesora- dijo el chico con el mentón en alto.
- 20 puntos menos para Slytherin.
- perfecto Profesora, pero que me quite puntos no cambiará mi manera de pensar, ni mucho menos me hará creer que él no a regresado, yo también estuve ahí, vi cuando él lo mató, vi cuando torturó a Harry, estuve frente a él, me torturó peor que a Harry, para todos aquellos que digan que Dumbledore cree todo lo que le dice Potter, que los toman de locos, genial, me uno a ellos, también estoy loco entonces, pero recuerden que estos locos serán quienes vivirán después de la guerra- lo último lo dijo dirigido a todos aquellos que los tomaban por locos.
-¡¡SUFICIENTE!! - gritó Dolores y se acercó a Dimitrius, una vez frente a él no dudo en alzar su mano y darle una bofetada al chico, la cara del pelinegro se volteo por la fuerza del golpe despeinandolo, el salón se lleno de gemidos de sorpresa de los presentes, Dimitrius comenzó a reír de manera cínica, pasar tanto tiempo con Voldemort comenzaba a afectarle, además de eso el nunca se dejaría humillar de esa manera, no se mostraría débil ante nadie. Umbridge estaba roja y respiraba agitada.
- aquí está la otra Señora subsecretaria- Dimitrius se dio leves golpes con la mano en la otra mejilla, ambos mantuvieron contacto visual, en los ojos de la mujer se veía la iara en su mayor esplendor, pero en los ojos azules del chico Umbridge miró algo que nunca había visto en un chico de 15 años y eso le erizo la piel, miró los ojos más fríos, despectivos, cínicos, calculadores pero sobre todo, miró la maldad creciendo en ellos, la mujer de rosa dio un paso atrás tragando estruendosamente.
- salga de mi clase, lo veo en mi despacho después de la cena Señor Snape y tenga por seguro que hablaré seriamente con el ministro, el director y su padre, su educación deja mucho que desear- el ambiente era tenso, Dimitrius sonrió y estiro la mano para agarrar su mochila.
- me parece perfecto Dolores- se dio media vuelta y con pasos elegantes camino a la puerta.
- Él tiene razón - dijo Harry en un tono de voz bajo, el pelinegro sonrió sin detener su paso y salió del aula con la cabeza, después de aquello no supo que más pasó dentro del salón de clases, camino por el pasillo, su padre no estaría contento con aquello, de su madre ni hablar, pero no se arrepentía en lo absoluto, esa bruja se lo merecía a pulso, además quedó más humillada ella que él. Sus pasos iban al la torre de astronomía por un momento había pensado en ir a la cámara pero no era buena idea, así que siguió hasta que escucho unos pasos ir detrás de él y pronto se abrazaron a su espalda, él volteo la cabeza un poco para encontrarse con una cabellera castaña con rizos alborotados y sonrió.
-¿no tienes clase Herms? - pregunto el pelinegro con media sonrisa mientras la despegaba de su espalda para quitarle la mochila y pasar su brazo por sus hombros, ella sonrió.
- no, Umbridge estaba tan enojada que nos dijo a todos que nos largaramos- se escuchaba animada.
- teníamos las primeras dos horas con ella ¿algún lugar a donde quieras ir? - pregunto el chico sin dejar de abrazarla, ella pensó un momento.
- ¿Qué te parece el muelle? Tengo ganas de ver las calmadas aguas del lago negro- dijo ella sonriendo y a Dimitrius se le vino algo a la mente.
-¿Quieres que te enseñe un lugar que probablemente no conozcas?




****


Los días estaban pasando más lento de lo que Kasandra imaginaba, apenas era miércoles pero ella sentía que había pasado ya una semana, le costaba hacer muchas cosas, Molly y Cissy insistían en que tenía que quedarse en cama, cosa que ella tuvo que hacer hasta que llegaron Lucius, Jazba y Remus a reprenderla por impertinente, ese día fue cansado, pero en la noche todo se tranquilizó, los tres antes nombrados se habían ido y ella se quedó con las dos mujeres que la estaban ayudando, después de darse una ducha solo se había puesto unas bragas y una camisa de Severus, no le había dado hambre, por lo tanto optó por irse a dormir temprano pero no contaba con que después de unas cuantas horas de sueño la sensación de que algo la había mojado la hiba a despertar, somnolienta se sentó en la cama, quito las sábanas para ir al baño y cuando se paro todo comenzó, sintió como si le estuviesen rompiendo los huesos de la espalda baja acompañado de un dolor intenso en el vientre, era hora.

-¡Cissy! ¡Molly! - gritos sentándose de nuevo en la cama agarrando fuerte los barrotes de esta por el dolor que sentía, para suerte de la metamorfomaga ellas aún no se habían ido a dormir, eran las 10 de la noche por lo tanto aún estaban por algún lugar de la mansión, Cissy estaba pasando cerca de la habitación cuando escucho los gritos, no tardo nada en entrar a esta para ver que tenía su amiga.
-¡por Merlín Kasandra!- dijo sorprendida al ver la cama y el estado de la chica- recuestate- camino a ella para ayudarla, Kasandra gemía de dolor hasta que esté paro- no te muevas de aquí, voy por Molly y le hablaré a Severus ¿está bien? - la chica asintió.
- no es como que me vaya a poder mover- dijo dando bocanadas de aire.

La Copa De La Vida  [Severus Snape]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora