Narrado por Terry
- ¿ Tu esposa ? -
- Candice White Ardley ¿te casarías conmigo? - ella no responde, solo me mira sorprendida y se tapa la boca con la mano. Está muy lejos y tengo que ponerle el anillo, aún no dice nada pero estoy seguro que será un sí. Me acerco al balcón y subo por las enredaderas, mientras en la puerta principal Albert y La Tímida me miran con una gran sonrisa, ellos fueron cómplices en esta locura de poner mil narcisos sobre el jardín en tiempo récord. Llego hasta el balcón, le tomo la mano y me arrodillo en una pierna, la miro fijamente a los ojos, ella aún no sale de su asombro- ¿Me harías el honor de ser mi esposa? - le vuelvo a preguntar, comienza a derramar varias lágrimas, pero se da valor respirando profundo.
- Sí, sí, sí, mil veces sí - le sonrío y le coloco el anillo en su dedo anular, la extrema felicidad que siento hace que una fuerza magnética me recorra el cuerpo, la necesito cerca, muy cerca. Así que me levanto y la cargo para que sus piernas abracen mi cintura. La beso con ímpetu mientras mis manos recorren su espalda, la llevo caminando hasta entrar a su habitación y la presiono intensamente contra la pared, ya no me importa si siente mi erección. En realidad ahora quiero que la sienta completa y en toda su longitud. Comienzo a presionar rítmicamente su intimidad contra mi falo. Ella abre los ojos en medio del beso y absorbo el gemido que ha salido desde su cuerpo como una dulce llama, ahora sí me estoy volviendo loco de placer.
- Te necesito... - le susurro en el oído. Ella gime sin inhibiciones cuando comienzo a frotarla más fuerte. Me encanta que sea tan apasionada, desde el colegio me la imaginaba así, entregándose completamente a sus necesidades y las mías, su espíritu libre siempre atrajo mi cuerpo y mi alma.
- Yo también te necesito - me dice entre gemidos y mi miembro ya se siente hinchado y listo para penetrarla.
- ¿Cuándo crees que sea lo más rápido que podamos casarnos?- le pregunto mientras bajo mis manos hasta su trasero y lo aprieto más.
- Ahhh- gime fuerte y ahora sí mi erección está a punto de derramarse - No sé... Mañana - sigo restregándola con ritmo constante.
- Mañana sería perfecto - siento como su cuerpo comienza a tensarse y su respiración a hacerse más agitada - Déjate llevar Pecosa - ella inclina su cabeza hacia atrás.
- ¡Terry! - su cuerpo tiembla de placer, definitivamente es lo más excitante que me ha pasado jamás, hacer que Candy tenga un orgasmo y grite mi nombre es una fantasía sexual que me ha perseguido desde que la conocí en el barco. Ahora en lo único que puedo pensar es que me muero de ganas por tocarla.
- Pecas, tuviste un orgasmo - ella mantiene los ojos cerrados, la boca entreabierta y su respiración agitada - Quiero tocarte- le susurro. Ella abre los ojos, está muy sonrojada.
- Terry hazme lo que quieras - me ronronea.
- No me digas eso... - cierro los ojos para contenerme, acabo de ver la cama y mil y una fantasías cruzaron por mi mente - quiero hacerte el amor de todas las maneras que existen, pero aquí no podemos, aunque lo que necesito con urgencia es tocarte -
- Tócame Terry - levanto su vestido y ella tiembla ansiosa, la beso para relajarla y meto mi mano en su ropa interior, siento como mi pene gotea, que vergüenza estoy a punto de regarme en los pantalones como un quinceañero, pero estoy dispuesto a tomar el riesgo, mis dedos encuentran sus pliegues, los abro y siento su humedad, está empapada, gruño al contacto.
- ¿Nos podríamos casar hoy? - le digo mientras meto cuidadosamente un dedo en su interior y comienzo a entrar y salir de ella.
- Pregun....témosle a... Al...bert - ella se sostiene fuertemente de mis hombros, me está enterrando las uñas, mientras gime por las sensaciones, de repente tocan a la puerta. Saco mi mano rápidamente y acomodo mi erección lo más discretamente posible. Nos miramos evaluando nuestras apariencias, ambos estamos sonrojados por la excitación, eso no lo podemos disimular, pero al menos no estamos medios desnudos ni despeinados.
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Tu armónica
FanfictionLemon - Terryfic Luego de casi tres años de la despedida entre Candy y Terry en Nueva York, ella recibe una carta de Susana, desatando varios acontecimientos. Lenguaje erótico solo para mayores de edad.