24 - El jeque

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Narrado por Terry

- Descúbrelo tú mismo - la cargo y la llevo caminando entre besos ansiosos hasta el borde de la cama.

- Esposa mía cada día me vuelves más loco - la miro intensamente - sabes que por tu travesura te mantendré cautiva el resto del viaje - la tiro en la cama y ella se ríe, agarra una almohada y trata de pegármela en el rostro, pero logro esquivarla.

- Pecosa pégame con esa almohada y te voy a castigar - le digo pausadamente, ella me mira fijamente y me da un fuerte almohadazo en la cara, abro los ojos sorprendido, se la quito y la tiro al suelo - ¡Tú te lo buscaste! - ella se ríe a carcajadas...

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- Pecosa pégame con esa almohada y te voy a castigar - le digo pausadamente, ella me mira fijamente y me da un fuerte almohadazo en la cara, abro los ojos sorprendido, se la quito y la tiro al suelo - ¡Tú te lo buscaste! - ella se ríe a carcajadas, pero se detiene bruscamente cuando subo su vestido, rompo sus bragas y abro sus muslos. Me quedo congelado admirando su "tesorito" en todo su esplendor y siento como la testosterona me sube a llamaradas.

- Terry... - me dice en un suspiro largo, al verme tan deslumbrado.

- Pecosa voy a explorarte por horas - acerco mi rostro a su entrepierna pensando en todo lo que voy a hacerle.

- ¿Te gusta? -

- Me gustas como sea, pero esto merece una profunda clase de anatomía - ella se ríe anhelante, acerco mi boca y saco la lengua para lamerla con agonizante lentitud, ella arquea su espalda hacia atrás y gime. La pruebo, su sabor es adictivo. Vuelvo a lamerla lentamente, ella se contrae levantando la pelvis, así que meto la lengua y me lleno de su elixir, ella aprieta fuertemente las sábanas con las manos, mientras yo sigo mi exploración hasta abrir sus pliegues y descubrir su pequeño botón, lo rodeo con la punta de la lengua mientras hago un poco de presión, su respiración se hace muy acelerada y sus contracciones continuas. Con los dedos aprieto suavemente su clítoris mientras lo lamo rítmicamente. Sus piernas comienzan a temblar y sé que está al borde del éxtasis, así que succiono su perla, haciendo que grite y se libere con espasmos intensos. Miro como comienza a gotear desde su interior, haciendo que mi instinto animal se descontrole, así que con rapidez y dureza introduzco mi falo hasta el fondo. Ella grita de placer, su interior caliente me aprieta el miembro y el vaivén de su cuerpo estimula cada parte de mi erección. Ella comienza a gemir fuerte cuando mi ritmo se vuelve violentamente acelerado. Ni siquiera me preocupa ser discreto en el barco, la discreción nunca existirá mientras le hago el amor a mi esposa. Quiero hacerla vibrar con cada célula de mi cuerpo, quiero que cada vez que me mire piense en lo rico que hacemos el amor, así que se acostumbren los demás pasajeros que esto no terminará hasta que lleguemos al puerto.

- ¡Terryyy! - exclama, mientras me succiona desde adentro, su orgasmo está provocando el mío, así que me dejo llevar llenando su interior de mi simiente. Ella se desvanece en mis brazos, nos quedamos relajados y "entrepiernados" en la cama - Te amo - me susurra en el oído, mientras sus senos descansan en mi pecho.

- Yo más, gracias por la sorpresa, sé que debió doler - ella asiente, me río - no tienes que volver a hacerlo, me gusta así o como estaba antes -

Tu armónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora