2 - La carta

5.8K 325 164
                                    

Narrado por Candy

Estoy sentada en La Colina de Pony, pensando en él, extrañándolo, a mi alrededor hay varios narcisos, así que inhalo profundamente para llenarme de su aroma, de repente comienzan a desflorarse, sus pétalos son llevados juntos por el viento hacia una silueta oscura que camina hacia mí... mi corazón comienza a latir desbocado. Puedo reconocer su rostro y dejo de respirar.

- ¿Terry? ¿Qué haces aquí?- me levanto rápidamente.

- Necesitaba verte... - se ve triste, con ojos cansados y muy pensativo.

- Hicimos una promesa... no podemos...-

- Pecosa estoy sufriendo sin ti. Cada día. Cada noche - me dice mientras sigue acercándose.

- No, por favor... no sigas ¿qué pasará con ella? - él trata de tomarme las manos, pero doy un paso hacia atrás, no podría soportar otra despedida- Debes cuidarla, debes irte - le digo mientras corro para alejarme, pero él corre hacia mí y me alcanza, abrazándome fuertemente por la cintura.

- Por favor solo quédate así un momento... quisiera que el tiempo se detuviera... para siempre - me comienza a besar apasionadamente el cuello, mi respiración se agita, sus manos me tocan el cuerpo con mucha necesidad, un calor desconocido se sitúa en mi vientre, mientras mi corazón late frenéticamente, siento sus tibias lágrimas recorriendo mi espalda, de repente el dolor es muy profundo y también lloro - Candy no soy feliz- me susurra y caigo en un hoyo negro y profundo, me hundo cada vez más, él sigue llorando, sus lágrimas caen sobre mí mojándome la cara, mientras él me mira con desolación, hasta que desaparece.

- ¡Terryyyyyy! - me despierto sudando, otra vez he tenido esta cruel pesadilla... ¿porqué Dios mío? ¿Acaso está sufriendo tanto como yo? Ya han pasado casi tres años desde nuestra despedida y últimamente el sueño, que me persigue desde que tuve neumonía, se ha intensificado en sentimiento, repitiéndose una y otra vez. Cierro los ojos y trato de normalizar mi respiración, pero no puedo detener las lágrimas que brotan de mis ojos a borbotones.

- Candy ¿estás bien? ¿Puedo pasar? - es la Señorita Pony, odio cuando pasa esto, sé que se preocupan por mí y gritar en  medio de la noche solo les confirma que algo no está bien conmigo.

- Sí, adelante - me limpio las lágrimas y trato de sonreír, ella me mira serena - Lo siento, tuve un sueño divertido y bajaba en un trineo por la nieve y grite - no quiero mentirle pero tampoco quiero angustiarla con un problema que no tiene solución.

- Candy ¿segura? - ella mira atentamente mi reacción, siempre he sido muy transparente y nunca he sabido mentir, mucho menos a mis madres.

- Estoy bien, perdón por despertarla - ella ya tiene suficientes responsabilidades como para tener que desvelarse y cargar con una niña que ya es adulta y que regresa a casa cada vez que tiene problemas, lo malo es que llevo aquí más de dos años sin poder enrrumbar mi camino de nuevo.

- Candy, sabes que no puedes mentirme- me toma la mano entre las suyas con ternura - tienes un dolor muy grande en tu corazón y no puedes cargarlo para siempre, debes tomar una decisión, o peleas por lo que deseas o debes liberarte de él y seguir hacia adelante -

- En serio estoy bien Señorita Pony, no se preocupe-

- Candy, mi dulce niña, siempre sonriendo ante las adversidades... pero tienes razón es tarde, solo quiero que sepas que estaré ahí cuando necesites hablar con alguien- nunca he hablado de mi dolor, no podría, he intentado contárselo a la Señorita Pony,  a Albert o a Annie pero ha sido inútil, si recordar es doloroso, decirlo en voz alta sería insoportable.

- Gracias... que descanse- ella se retira, mientras me acomodo de nuevo para dormir - Terry, mi amor, te extraño... - aprieto la almohada y lloro silenciosamente hasta que me quedo dormida.

Tu armónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora