Tu armónica

8 - Tú siempre tú

Narrado por Terry

- Voy a ser totalmente sincero contigo Candy, no quiero que tengas dudas- asiente suspirando - Yo nunca me comprometí con Susana, nunca consideré casarme con ella, nunca la besé y nunca, nunca la amé - ella suspira - cometí el error más grande de mi vida al dejar que te marcharas aquella noche y he pasado reprochándomelo tres largos años. Éramos muy jóvenes, yo aún estaba conmocionado por el accidente y el intento de suicidio, tú la habías salvado y también estabas alterada - la tomo de la mano - Aunque el principal responsable de todo fui yo - ella trata de interrumpir- No por favor Candy, déjame terminar - inhalo profundo - yo fui el principal responsable de nuestra separación, porque no tuve el valor de contarte lo que había pasado y terminaste enterándote por alguien más, sé que si hubiéramos hablado antes y de manera tranquila, juntos hubiéramos encontrado una mejor solución. Porque yo simplemente no puedo casarme con alguien que no amo solo por agradecimiento o lástima, no puedo y no lo haré -

- Terry ¿en estos tres años has sido feliz? -

- Nunca Candy, ni un solo momento - ella se entristece.

- Tu felicidad es lo más importante para mí, mucho más que la felicidad de cualquier otra persona en el mundo, solo quise hacerte las cosas más sencillas y pensé que serías feliz... con ella, ahora sé que cometí un grave error, porque mi sacrificio te hizo desdichado, yo nunca quise... -

- No Candy, no te atrevas a culparte, lo que hiciste fue muy valiente, pensaste que era lo mejor en ese momento y yo también lo pensé, pero estaba terriblemente equivocado. Pecosa yo... -

Inhalo profundo, esto es excesivamente difícil para mí, nunca he abierto mi corazón con nadie, ni siquiera con ella que ha sido mi única amiga y mi único amor. Desde niño aprendí a esconder mi vulnerabilidad para evitar que me lastimaran. Pero ahora necesito declararle mi amor, quiero que ella lo sepa.

Levanto la vista y ella me mira con ternura, sus ojos son los más hermosos que he visto en mi vida, se ve nerviosa aunque dudo que lo esté más que yo. Admiro su cuerpo, es increíblemente sensual, senos llenos, cintura pequeña y un trasero perfecto, es una belleza que le quitaría el aliento a cualquier hombre.
Aspiro su olor, son rosas, rosas muy dulces. Escucho el correr del agua en el lago. Miro sus labios, tengo tantos deseos de saborearla, debe saber tan bien.
Estoy en medio de una gran explosión de sentidos, me siento excesivamente expuesto ante ella.

Candy se acerca a mi cuerpo, me toma de la mano y me sonríe, he estado un largo rato en silencio, simplemente admirándola.

- ¿Yo qué Terry? - Dios mío desde cuándo soy tan cobarde, me he quedado mudo demasiado tiempo - sé que es difícil expresar lo que sientes, para mí también es difícil, tal ves por eso siempre disfrutábamos nuestros silencios compartidos, entre nosotros nunca hicieron falta las palabras - una lágrima traicionera quiere escapar de mis ojos, me levanto y le extiendo una mano.

- ¿Princesa Julieta puedo tener el honor de este baile? - le pregunto con una sonrisa. Cada vez que sentía que era un momento especial, le pedía que bailáramos, era lo primero que se me ocurría, invitarla a bailar, siempre ha sido la excusa perfecta para acercarla a mi cuerpo.

- ¿Sin música? - me pregunta enternecida.

- ¿Cuándo has necesitado música para bailar conmigo? -

- Nunca - ella se levanta, pongo una mano en su cintura y comenzamos a bailar vals, el mismo que nos enseñaban en el colegio. No bailo desde el beso robado en Escocia, pero por una extraña razón siento como si el mundo se hubiera detenido en ese recuerdo y hoy nuevamente iniciara, fuimos tan felices durante ese verano, sin duda fueron los mejores días de mi vida, hasta hoy.