3 - Esperanza

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Es una carta dirigida a Candy... mientras la voy leyendo una llama de furia e impotencia me recorre el cuerpo, miro la firma.

Susana Marlow

Me enfurezco como nunca en mi vida, tomo el escritorio y lo reviento contra la pared gritando con frustración. Agarro mi abrigo y ni siquiera me cambio el vestuario de Hamlet, salgo del camerino corriendo bajo la atenta mirada de todos en el teatro, cuando salgo hay muchas admiradoras, pero me abro paso a empujones para llegar a mi auto lo más rápido posible, manejo embravecido hasta llegar a la casa de esa maldita.

- ¡Hasta aquí llegaste bruja embustera! ¡¡Ábreme la puerta!!-  rujo.

- ¡Dios mío! ¿Pero qué está pasando? - me abre la puerta la detestable señora Marlow.

- ¡¿Donde está su hija?!- exclamo.

- En su habitación no lo esperaba- cuando termina de hablar yo ya subí las gradas de tres en tres y llegue hasta el segundo nivel, no sé cual puerta es pero no me importa, paso derribando todas las puertas, una a una, hasta que ella se asoma al pasillo por la última puerta, está despavorida, mi cara debe ser como mirar al demonio.

- Terrence ¡¿qué pasa?! ¡Actúas como un loco!- me grita.

- ¡Aquí la única loca eres tú! ¡¿cómo te atreviste a enviarle esta maldita carta?! - la extiendo con furia - ¡ella te salvo y me exigió que te cuidara! - la tomo por la muñeca - ella sacrificó nuestro amor por tu encaprichamiento conmigo, ese amor que es lo ¡único real que he tenido en mi vida!- estoy totalmente fuera de sí.

- ¡Terrence me lastimas! - la suelto con repugnancia, ella me mira con su cara de víctima, con razón era actriz - ¡Esa carta yo nunca la envié, Candy te está engañando!- 

- Ya te dije que ¡NO LA NOMBRES y mucho menos te atrevas a acusarla! Ella jamás inventaría esta calumnia, pero en cambio tú, te hago capaz de esto y más, eres una niña manipuladora, caprichosa, egoísta, que solo le importa conseguir lo que quiere aunque tenga que pasar por encima de la felicidad y los sentimientos de los demás y lo peor es que te haces la inocente. No sé cómo pude desperdiciar tantos años lejos de ella, por vivir un infierno contigo-

- Ella es quien nos ha separado, yo solo quería que me amarás- ahora está usando su tono lastimero.

- ¿Separado? Si nunca hemos sido pareja ¿cómo nos va a separar? Esta horrible relación que tuvimos, ni siquiera se puede llamar amistad, exagerando podríamos calificarlo de conocidos lejanos, deja ya de fantasear, ni siquiera te pedí que fueras mi novia, mucho menos que fueras mi esposa, pero ya no me prestaré para tu juego, aclararé cada uno de estos chismes infundados y te juro que si te metes en nuestro camino me cobraré todo el dolor que le has hecho a Candy-

-¡Perdí una pierna por salvarte la vida, debes quedarte conmigo!- la frase más trillada de estos últimos tres años... cierro los ojos y aprieto los puños para tratar de controlar mi furia que crece sin parar.

- Esto lo hablarás con mi abogado mañana, pero te lo resumiré, escúchame bien, te dejaré solamente esta casa, ni un centavo más, y aún así pienso que es más de lo que mereces, pero quiero que sepas que nunca,  NUNCA me volverás a ver y por último, no te atrevas a acercarte a Candy o conocerás de lo que soy capaz-

- ¡¡No puedes hacer esto!!-

- Pues mírame, porque ya lo estoy haciendo, gracias por darme los tres años más miserables de mi vida, hasta al fin terminamos esta farsa, hasta nunca Susana- salgo de la casa azotando la puerta, entre gritos y lloriqueos tanto de la hija como de la madre. Camino como si hubiera resucitado, respiro profundamente, me siento aliviado y optimista, me subo al auto, arranco y acelero, es como una inyección de adrenalina sentirme al fin libre con probabilidades de encontrar la verdadera felicidad. Recuperaré a Candy cueste lo que cueste.

Tu armónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora