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Harry se encontraba en su habitación, sabía que hoy recibiría a quien lo quería adoptar, el señor Abner lo había citado en su oficina un par de horas antes para decírselo. El se había presentado pensando que había hecho algo malo, todos los niños decían que solo te llevaban ahí cuando hacía cosas muy malas, y siendo el de quien hablaban, Harry no encontraba difícil creerlo.

Sin embargo, el señor Abner le había dicho que cuando llegara el señor Prince, quien lo iba a adoptar, el debía ser amable y portarse bien para dar una buena impresión, el en verdad comenzó a preocuparse, que pasaría  si desde el primer momento se daba cuenta de que era un fenómeno, de que era malo; el quería tener una familia, aunque  le daba miedo que el señor Prince fuera como su tío, el sabía que seguramente tendría que trabajar duro para ganar su comida, pero esperaba que al menos no pegara muy fuerte o al menos  no usara el cinturón, sobretodo pedía que cuando lo castigara no gritase muy fuerte, no le gustaba cuando los adultos le gritaban, le daba miedo, no podía evitarlo por más que quisiera y eso normalmente los hacía enojar más, tal como pasaba con su tío o su profesor de matemáticas.

Se sentía muy confundido , por una parte la idea de tener una nueva familia lo emocionaba, el ya se había comenzado a resignar a que viviría toda su vida en el orfanato, los demás niños le decían que nadie quería a mudos tontos, el estaba de acuerdo con ellos, y los profesores tampoco diferían en esa opinión, al inicio se habían mostrado pacientes, sin embargo, con el paso de los días eso había cambiado, ellos solían gritar cuando le preguntaban y no respondía, el de verdad lo intentaba, pero no lograba hacerlo, y eso solo lograba que se sintiera peor.
Por el otro lado le daba miedo que el señor Prince fuera malo, y peor aún, qué tal si era bueno y por su culpa se volvía malo como había ocurrido con sus tíos.

El último de los aspectos que lo tenían angustiado era la posibilidad de tener que irse del orfanato, si bien no se sentía bien cuando los niños más grandes lo molestaban, le gustaba la comida de aquí, además de que tenían muchos libros en la biblioteca, libros con miles de temas, a el le costaba un poco leer, pero la mayoría tenía bonitos dibujos con lo que imaginar la historia, además en este lugar los adultos no eran tan malos, su profesor ni si quiera pegaba tan fuerte cuando lo castigaba. 
Todos los días, el deseaba que las clases transcurrieran rápido para poder regresar a su habitación, la cual le gustaba mucho, el colchón era mucho más blandito y calientito del que teñía en su alacena, además de que siempre entraba luz por una de las pequeñas ventanas, si se iba la extrañaría, tal vez la alacena de la casa del señor Prince no fuera tan pequeña como la anterior.

Con cada nueva idea en su mente, se convencía un poco más de qué tal  vez lo mejor sería no conocerlo hoy al señor Prince, entre menos lo conociera menos probable era que notara que el no era normal, quizás si solo lo veía el día en que fuera a recogerlo para llevarlo a su casa, el tendría la oportunidad de demostrar que era muy bueno limpiando  o cocinando y así ya no quisiera devolverlo.

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Severus podría jurar que estaba apunto de tener un paro cardíaco, quizás alguna intoxicación con alguno de los ingredientes de las pócimas que había preparado esa mañana, esa sin lugar a dudas debería de ser la razón.
En este momento estaban caminando en dirección a la habitación que ocupaba Potter, el lugar se encontraba relativamente vacío al ser la hora el receso, pero al parecer en niño había sido castigado, el en realidad dudaba que se tratase de un castigo justificado, pero no es como que pudiese  hacer algo al respecto.

Justo cuando se detuvieron frente a la puerta, retuvo la respiración, vio al encargado entrar y llamar a Potter, quien al parecer no se encontraba ahí, resulta que si ha heredado algo de su padre y su tendencia a escapar saltándose las reglas, pensó.
Sintiéndose más tranquilo ante la aparente ausencia de en chiquillo decidió entrar a la habitación siendo seguido por Albus.

El cuarto por si mismo resultaba deprimente, era bastante reducido, sus paredes pintadas de un tono azul (o lo que a él le gustaría imaginar en algún momento azul) habían visto tiempos mejores, había dos camas y al centro una pequeña mesa, para finalizar a los pies de las camas un grupo de ropa doblada.

- Se supone que Harry estaba aquí, supongo habrá salido a alguno de los jardines, si gustan pueden esperar mientras pregunto por el con alguna de las monjas  - exclamo el hombre
- Por supuesto - respondió Albus, para después observar como el otro hombre salía de la habitación.

A diferencia de Albus, quien inmediatamente se sentó en una de las camas, el decidió mantenerse de pie, sin embargo su atención fue llamada por el director cuanto esté se aclaró la garganta, para después señalarle con  una de sus manos la parte inferior de la otra cama, al tiempo que le dirigía una triste sonrisa.

En cuanto dirigió su vista hacia donde le había indicado el director, entendió el motivo, un pequeño pie sobresalía ligeramente de el borde de la cama.

Volteo a ver a Albus como esperando alguna indicación o mejor dicho, un poco de ayuda, sin embargo el hombre se limitó indicarle con la cabeza el mismo lugar, una clara indicación  de que no planeaba intervenir.

Se acercó lentamente a la cama, no queriendo hacer ningún movimiento brusco, para después arrodillarse y ver debajo de esta. La imagen logró generar una presión en su pecho, la cual por supuesto atribuyó a la posición en que se encontraba o tal vez otro dato más de intoxicación.

Justo en la esquina, se encontraba un pequeño niño presionado contra la pared, estaba acostado sobre su costado y tenía las piernas presionadas contra su pecho, además de tener un libro entre sus manos que casi lo cubría en su totalidad, dejando ver únicamente un par de ojos que lo miraban asustado y la punta de sus zapatos, mismos que lo habían delatado. Intento acercarse un poco más sin embargo desistió de su intento al ver como el niño intentaba hacerse aún más pequeño en su lugar, sin retirar la mirada de el, una mirada llena de desconfianza y temor, un poco brillosa.

- ¿Ya has leído todos los cuentos de ese libro?, el último en especial me resulta bastante ... agradable, habla sobre la leyenda del rey Arturo, lo recuerdo bastante bien, mi ... mi madre solía leerlos para mi - no sabía de donde había surgido la necesidad de compartir esa información, pero al parecer había funcionado, al menos en parte, ahora también había una pizca de curiosidad en la mirada del pequeño, pero aún no se animaba a salir - te he traído algo, no es nada especial pero supongo te gustará - dijo para después sacar de su abrigo la paleta que había comprado hace algunas horas. Lentamente la extendió hacia el niño , el cambio fue inmediato, sus ojos se abrieron a su máximo, como si estuviera viendo algo sumamente valioso, muy lentamente una de las manitas se asomó  para recoger la paleta, sin embargo se detuvo a medio camino, la mirada del niño se dirigió hacia su rostro, en una evidente búsqueda de permiso por tomarla y posiblemente intentando encontrar algún signo de que fuera una trampa o que en cualquier momento fuera a arrebatarla, una vez más Severus se dijo que eso muggles pagarían lo que habían hecho  - Tomala, es para ti - aún con un poco de duda el niño extendió su mano para tomarla.

Para Albus la vista era bastante enternecedora, su más amargo profesor, temido por alumnos y profesores por igual, estaba arrodillado viendo debajo de la cama y sosteniendo una paleta, mientras una manita se asomaba para intentar recogerla. Sin impedirlo una sonrisa se plano en su rostro, está vez estaba seguro de estar haciendo lo correcto.

Por su parte, Severus observo a detalle al niño que se encontraba frente a él, después de haber tomado la paleta, la había acercado lentamente hasta su rostro, analizándola a detalle  para posteriormente  presionarla frente a su pecho junto con su libro, y si bien el pequeño no estaba sonriendo, de alguna forma la expresión en su rostro ya no se veía tan atormentada.

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Primero, gracias por sus comentarios, planeaba subir el capítulo el sábado, pero finalmente me animé a subirlo de una vez. ¿Qué les parece la historia?, ¿va muy lento, muy rápido?

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