23

10.4K 1.1K 133
                                    

El resto de el día fue más tranquilo de lo que pensó que sería inicialmente, después de que Albus se marchara el se dirigió a su laboratorio para iniciar con las pociones que debía de preparar, no sin antes colocar un hechizo sobre Harry para alertarlo cuando este despertara, al final el hechizo no fue necesario, ya que cuando Winky le aviso que la comida estaba lista el niño seguía profundamente dormido. Severus se sintió aliviado de que al menos pudiera descansar un poco gracias a las pociones, el pequeño necesitaba todo el descanso que pudiera obtener para recuperarse. El despertarlo tampoco supuso un problema, aunque sospechaba que su tranquila reacción se debía al ligero y breve efecto calmante que dejaban los brebajes.

La comida fue tan silenciosa como el previo desayuno, sin embargo algo más llamó su atención.

Harry había agradecido que le sirviera con pequeño asentimiento de cabeza, tomando el plato de forma titubeante, para después esperar a que el comenzar a comer para imitar sus movimientos, era claro que el niño tenía miedo de hacer algo inadecuado, pero lo que más lo impactó fue que a pesar de haber servido una porción notoriamente menor a la adecuada para un niño de esa edad, Harry parecía tener problemas para poder terminar de comer lo que estaba en su plato. El mismo había terminado hace unos minutos y en cuanto el pequeño se dio cuenta comenzó a intentar comer con mayor rapidez, casi con cierta desesperación, a pesar de que era claro que estaba teniendo problemas para soportar el alimente consumido ante la expresión casi dolorosa en su rostro. Eso solo logró confirmar lo que ya por la desnutrición del niño sospechaba, su alimentación había sido deficiente y al parecer, tampoco era algo que dar por sentado.

Frente a sus ojos, la desesperación del menor aumentaba, sus movimientos eran cada vez más rápidos y descoordinados por el temblor que acompañaba a su cuerpo, a lo que se añadía que cada pocos segundos lo volteaba a ver lo más disimuladamente posible, como si esperara que se un momento a otro fuera a hacer algo. Sin poder permitir que eso continuara decidió que era buen momento para intervenir, sin embargo fue necesario llamar a Harry por su nombre un par de veces para lograr captar su atención, ganándose una mirada temerosa.

..................

Para Harry todo era demasiado extraño, estar sentado con un plato caliente frente a él sin haber realizado ninguna de sus tareas parecía  cuando menos algo irreal. Seguía con demasiado temor de hacer algo mal y su incomodidad aumentó en el momento en que su estómago comenzó  a doler, apenas iba por la mitad del plato y cada bocado adicional se estaba volviendo cada vez más difícil de ingerir. A pesar de eso no quería dejar nada, no sabía si le sería permitido cenar algo, así que lo mejor era intentar aprovechar el momento y así evitar que su pancita hiciera ruido más tarde por la falta de alimento, eso era algo que parecía hacer enojar a los adultos, tampoco quería parecer como un desagradecido al desperdiciar la comida que amablemente el señor Severus le había dado.

Su plan iba bien hasta que noto que se había comenzado a atrasar, el mayor estaba cerca de terminar de comer cuando a él aún le faltaba una gran parte, intento comer más rápido pero cada vez era más difícil que su estómago aceptara la comida y comenzaba doler un poco más fuerte, tenía que esforzarse, solo un poco más, su mente comenzaba a tornarse confusa y por momentos era como si estuviera de nuevo con su tío, después de que ellos se hubieran levantado de la mesa y él estuviera intentando comer lo máximo posible antes de que su tío se fastidiara y con una de sus grandes manos terminara por arrojar el plato al suelo, sin importar si había o no terminado su contenido, para después hacerlo limpiar todo, en ocasiones Harry aprovechaba la más mínima distracción de su tío para poder comer un poco más mientras recogía los restos o simplemente intentar guardar una pequeña parte  en sus bolsillos para poder comerlo más tarde. Tenía que darse prisa, ya no faltaba tanto, y su pancita no dolía tanto como cuando lo hacía por no haber comido. Tal vez podía hacer lo mismo que con su tío, sería fácil guardar una parte de la comida envuelta en una servilleta, así no tendría que preocuparse si el señor Severus decidía que no merecía cenar, tal vez incluso sería suficiente para mañana, pero el mayor no dejaba de mirarlo, solo un par de segundos, era lo que necesitaba que se distrajera ...

HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora